Mi Señor.

C A P Í T U L O 11

La noche de cine fue bastante buena, la película ya no logro recordarla, pero no por ello puedo decir que no fue buena en lo absoluto. El auditorio de la facultad de artes estuvo bastante lleno, cerca de la entrada hubo un puestecillo de venta de comida y toda esa mierda. Yixing y yo llegamos solo unos minutos antes de la hora estipulada solo para asegurarnos de que hallaríamos buenos puestos y así fue.

Dirán: ¡No queremos saber nada de esta mierda! Pero yo responderé: ¡Oh, vamos, son solo unas líneas para contarles lo caliente que estaba Yifan esa noche!

Si bien es cierto Yifan no es el hombre más guapo del mundo y para muchos puede parecer feo, para mí es el adonis perfecto. Él, todito todo, encaja a la perfección con la clase de hombre que quiero en mi vida. Siempre tan elegante, tan varonil... ¡Suspiren conmigo, por favor!

Como sea, aquella noche tan distinta e informal no fue la excepción para que Wu me dejara un poco tonto con su sola presencia. El susodicho llegó al auditorio pasados 15 minutos de película y bueno... yo no logro recordar totalmente la maldita cinta filmográfica.

Polo verde menta con cuello, el polo tenía unas líneas en lila en el borde de las mangas y el cuello. Pantalón a las rodillas en color caqui y mocasines del mismo color. El cabello alborotado como si no hubiese reparado en peinarse un poco y sus gafas de ver de montura gruesa en azul oscuro.

Sí, damas y caballeros, he descrito como se veía la perfección hecha persona.

Recuerdo que no podía dejar de mirarlo, era la primera vez que veía a Yifan vistiendo informal y se veía tan guapo. Casi como si no fuera de este mundo.

[Sr. Wu: Deberías dejar de mirarme así si no quieres que tu amigo se de cuenta]

[De qué]

[Sr. Wu: De que me deseas]

[No diga boberías]

[Sr. Wu: No me deseas, Zitao?]

[No señor]

[Sr. Wu: Yo sí te deseo]