A la mañana siguiente me desperté por un fuerte golpe en mi cabeza, al abrí los ojos me di cuenta que estaba en el piso; me había caído.
Al estar de pie mire a Rubius quien estaba muy mono aún dormido, sonreí al verlo y camine hacia el baño para darme una ducha, nuestro vuelo salía a las 10 por lo que nos daría tiempo de desayunar.
-MUY buenas criaturitas del señor- dije entrando haciendo que Rubius de un salto y caiga al piso, me eche a reír.
-¡Te matare!- se pone de pie y me sigue por toda la casa.
-¡Que va, primero atrapameeee!- seguía riendo y a la vez corriendo.
No estaba Ana en casa así que seguíamos con lo nuestro, conociendo bien a Ana sabía que nos regañaría.
Acabamos agotados en el sofá, Rubius se dio un baño y yo aproveche para mirar la tv; saldríamos a desayunar así que lo espere.
-¡En diez minutos soy tuyo!- grito desde la habitación haciendo que riera.
Soy tuyo.
Sonreí al recordar eso, mire un poco más la tv hasta que aparece con una camisa negra y su gorra de Creeper.
-Todo tuyo- se tira a mi lado y yo sonrió mirándolo a esos hermosos ojos.
-Hay que ir a desayunar- le doy un golpe en el muslo y salgo de ahí.
-¿Y Ana?- pregunta él, me había olvidado de ella por un momento.
Tome mi móvil y marque su número, me mandaba a buzón, tal vez lo tendrá apagado, cerramos la puerta ya que Ana nos había dado una copia de la llave.
Al salir de ese lugar volví a llamarla, esta vez si sonaba, lo coge.
-¿Diga?- pregunta ella del otro lado de la línea.
-Ana, ¿dónde estas?- comienzo a caminar junto a Rubius.
-Salí por unas cosas ¿necesitas algo?- pregunto preocupada, yo sonreí al oír su voz así.
-Claro que no boba, quería avisarte que iremos a desayunar, para que quedemos en Le Cordon Blue ¿te parece?- sonreí.
-¿No se te hace que es un poco elegante?- sentí que hizo una mueca a lo que yo reí.
-Oh vamos, ya es mi último día en Francia y quiero despedirme bien- dije para luego mirar a Rubius quien oía la plática.
-Esta bien- da un suspiro- estaré en 30 minutos.
Después de eso colgamos y comenzamos a caminar, el restaurante quedaba un poco lejos pero eso no importo.
Se había creado un silencio, ya que ninguno de los dos decía algo, a lo que en poco minutos Rubius soltó un bostezo.
-¿Tienes sueño?- me burle y él me miro mal.
-No, bostezó por alegría- dijo sarcastico y yo me descojono- ¿cuál es la gracia?
-Ninguna- me aguardo mi risa.
Caminamos por un rato más hasta llegar al restaurante, Ana todavía no estaba ahí por lo que agradecí o me estaría regañando.
Entramos y nos sentamos en la primera mesa que vimos, no quería estar buscando una mesa buena, que incómodo; en 10 minutos llego Ana.
-¡Uste'!- grite inmitando a Mangel.
-¡Hola!- me abrazo- ¿ya pidieron?
-Todavía no- contesta Rubius mirando el menú- ¿tu qué quieres?
-Comida- me burle y nos descojonamos de risa, haciendo que las personas que se encontraban cerca nos miraran.
-Que se cocina- continuo Ana.
-Y que se come- término Rubius y seguíamos riendo, hasta que la mesera llega.
-¿Ya están listos?- dice con su cuaderno en las manos.
-Yo quiero un...- empezamos a pedir nuestra comida.
***
Después de comer, el tiempo se iba rápido, por lo que sólo nos quedaba una hora; fuimos en taxi hacia la casa de Ana ya que nos tomaría media hora en llegar.
Al ya estar ahí, cogimos todas nuestras cosas, baje al piso de abajo para así poderme despedir de mi hermana, una sonrisa se dibujó en mi rostro al estar enfrente de su puerta.
-¡_____!- grita y me abraza, su barriga se notaba un poco, yo sonreí.
-¡Tu!- le correspondí el abrazo.
-¿Arreglaste las cosas con él?- dijo refiriéndose a Rubén y me miro.
-Si- sonreí- me voy a Madrid.
-¿Enserio?- dice feliz, no sabía porque estaba así, creo que por lo de irme o lo de Rubius, mi hermana era un tanto confusa.
-Si, bueno te dejo, me tengo que ir y se hace tarde- le doy un beso acompañado de un abrazo, y me marcho.
Sentía lágrimas en mis ojos pero antes de que salieran las limpie, no quería llorar, no me apetecía hacerlo.
Ana nos acompañó hasta el aeropuerto, lo que me gustó de esto es que ella fue conmigo y no me dejo, como lo haría mi madre.
***
Llegamos y el taxista me ayudo a sacar la maleta y la coloco en el piso, pagamos por adelantado ya que Ana se tenía que regresar.
-Gracias por todo- le susurre en el oído al estar abrazadas.
-Ya... No hay de que- sonríe y me da un beso en la mejilla, hago lo mismo.
-¡Hasta luego!- grite sacudiendo mi mano cuando el taxi se iba.
-Mujer, nuestro vuelo ya casi sale- Rubius me interrumpe.
-Ya voy- tomo la maleta y entramos al aeropuerto.
-Se que me quieres- dice en susurro para que yo no lo escuche pero, lo hago.
-Yo también lo se- giro mi cabeza con una sonrisa y el tenía sus ojos como plato.
-¿Qué?- me mira ¿que dije? ¿Le molesto?
-Nada- me puse como tomate, tal vez no me lo había dicho a mi y yo de boba le dije eso.
-¡Que mono! Te has sonrojado- me toma de la mejilla.
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Los sueños se Cumplen [Skrillex, Rubius & Tu] • TERMINADA • © |Editando|
Fiksi PenggemarUno no sabe qué tan enamorado está hasta que quiere irse y no puede hacerlo. -Cuando te conocí, sentí que debía estar contigo siempre.