para ti, mujer histérica

137 16 0
                                    


Carta II


Te he llamado en mis sueños hoy, vestías un abrigo de felpa blanco que cubría tu rostro, caminabas hacia mí y yo corría hacia ti, oía tu llanto mientras yo estaba riendo, y entonces, te desvanecías.

Me diste una oportunidad que no cualquiera tiene, me diste una vida.

Te miro a los ojos y pienso en lo fuerte que eres para haber soportado días de mierda llenos de llantos incontrolados y golpes del pasado, te miro a los ojos mamá y te abrazo, con todas las fuerzas que tengo, y si te faltara el aliento, te daría el mío, y subiría al cielo y hablaría con Dios para que te de vida eterna en el cielo o en la tierra pero conmigo, eres la mitad de mi espíritu, sin ti yo no soy nada, y si de amor hablamos, tú más que nadie me enseñó el significado de aquella gran palabra.

Te puse mil apodos con cariño y a cada uno respondías con una sonrisa, dulce mujer, impaciente y comprensiva, renegona y pasiva, alterada y paciente, emocional y dura, sensible y fuerte, valiente y débil, audaz e insegura, mujer con 5 letras mayúsculas, incontables tragos amargos has vivido e incontables alegrías consumidas te has tragado.

Me repites todos los días que me amas más que a tu propia vida, y en las noches pienso en ti, en qué sería de mí si yo te perdiera, me duele la garganta de apenas imaginarme poniendo flores en tu tumba y con gafas oscuras diciéndote adiós por última vez. Me duele el alma de tan solo pensar que algún día te tendré que ver partir, me duele porque me acostumbré tanto a abrazarte y a recibir tu cariño, me acostumbré tanto a discutir contigo y después reír como locos sobre alguna estupidez, me acostumbré tanto a vivirte, a quererte, a apreciarte, a entenderte, a tenerte.

Y no le pido a Dios nada más que seas feliz, perdóname si alguna vez fui demasiado duro contigo y te herí con palabras que nunca debí decir, perdóname por haberte dañado sin quererlo, perdóname por haber sido tan egoísta, perdóname por no haberte sabido valorar en algún momento, perdóname por todas las veces que te hice derramar lágrimas que no merecías llorar, perdóname por no haber sido un escudo más fuerte y permitir que te hicieran daño, perdóname por no haber dado más de mi por salvarte de situaciones que no merecías pasar, perdóname por la crueldad de este mundo mamá, las personas son actores de su propio teatro, y tú solo eres un ángel perdido con una flecha en el corazón.

Cuando miro al cielo y veo las estrellas pienso en ti, mamá, y sabes ¿qué le pido a Dios en las noches? Que nunca me aleje de ti.

Te prometo con el alma que hasta nuestros últimos suspiros, estaremos juntos, me enseñaste qué clase de amor es el que importa, de ti aprendí la lección más grande de la vida, aquella que muchos ignoran y que pocos comprenden, aprendí a amar, madre.

Te agradezco por cada bendita cosa que hiciste por mí, y siempre voy a estar orgulloso de quien eres, de todo, de cada una de las cosas que tengo y que siento, del aire que respiro y que muchas veces no quise respirar, un último perdón por todas las veces que quise deshacerme de la vida que tú misma me diste, no aguanté el peso de mi propio corazón, no fui como tú, pero ahora lo comprendo; solo las personas más fuertes conservan el regalo más grande que tienen, su propia vida.

Gracias por amarme como soy, no has dejado de decirme nunca lo mucho que te importo y las cosas que harías por mí, y te agradezco, siento que no soy el mejor hijo para merecer tanto de ti, pero cada día me esfuerzo por merecerlo.

Te amo mamá, eres la mujer que todo hombre quisiera tener a su lado, no te esfuerzas por ser la mejor madre del universo, no eres como todas las demás, tienes infinidad de defectos e infinidad de virtudes, te debieron de haber llamado infinidad, aquel nombre te representaría a la perfección.

Eres como las estrellas, infinita y siempre estás brillando.

Te amo mamá, siempre lo voy a hacer.



De tu hijo que te ama y lo hará siempre.

atrapado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora