cubo de rúbik.

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A veinticuatro grados bajo el cielo iqueño, siendo cinco de febrero del año dos mil diecinueve termino de editar el libro corrigiendo faltas ortográficas y detalles y es enriquecedor mirar en retrospectiva hacia mi novato yo del pasado que aun aprendía a agradecer y pedir perdón cuando tenía que.

Soy consciente de mis rémoras, de mis méritos, de mi energía, de mis acciones, de mis errores, de mis valores, de mis pasos.

Y le agradezco a mi madre por enseñarme desde chico a equilibrar desasosiegos con ímpetu, no te cansas señora de regalarme lecciones magistrales de cómo manejar este Plymouth 69 sin estrellarme contra el pecano y que si los neumáticos de este coche son estoqueados les implante nuevas dosis de subsistencia.

Y le agradezco a mis hermanos por ser más que sangre, impulso y ejemplo de cómo priorizar necesidades y restarle relevancia a palabras vacías. Mis respetos y admiración para la familia que estuvo y permaneció pese a nuestras dificultades.


Y a ti, que seguiste estas líneas pese a la notable euforia y desaliento en ciertos capítulos.

A ti, consecuente y lo suficientemente ávido como para tomar de los rieles al tren y crear tu propio metropolitano.

Con todos los cables que desees.

Con todo el impulso que te brindes.

Con esas ganas locas de comerte al mundo.


Decir que tengo dieciocho años, que estudio psicología, que compongo temas, que trabajo a medio tiempo, que *inserte información innecesaria aquí* son para mí datos con poca relevancia en atrapado.

Este libro no solo me pertenece a mí, sino también a ti.

He tenido cagadas del tamaño de los crímenes de Nicolás Maduro y una muy volátil vida ¿Pero sabes? Mandé muy a la mierda todos esos alfileres autodestructivos que gritaban "ríndete, no vale la pena". Pisé bien fuerte mis baldosas, me levanté de donde estaba, tomé las riendas de mi vida y no tienes idea lo exquisito de probar libertad luego de haber pasado años bajo estas celdas.

¿Quieres intentarlo? Di bien fuerte quién eres y cuan orgulloso estás de llegar hasta aquí, adelante, grita si deseas; réstale relevancia a tu edad, tu color de piel, tu género, tu economía. Quiero que veas más allá del material banal que constituye nuestro mecánico planeta.

Quiero que empañes al mundo en convicción, perspectiva y empeño.

Quéjate menos y conduce más tus vías hacia la diferencia que hace falta gente despierta.

Lucha así sientas que te desestabilizas, que los segundos no se consuman como drogas recreativas, inviértelos en análisis persistente, modifica en qué estás fallando y ponle todas las ganas en convertirlo en combustible para el siguiente episodio de tu vida.

No estamos en Thurman Show pero pareciera que viviéramos bajo reflectores llevando vidas tan carentes de pensamiento.

Preocúpate, involúcrate, y mejora.

No te pido nada más que valentía; que te mires al espejo y analices cada molécula que te conforma, que te toques la piel que une cada una de tus células, que observes el paisaje que dibuja tu mente, que crees, que sueñes en grande, que proyectes escencia, y sobre cualquier cosa no te limites, sé tú, ámate y aporta siempre tu tiempo en mejorar esta tierra.

atrapado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora