Responde, pero sin llamar demasiado la atención.
"Es tu culpa, nunca fuiste un buen padre"
"Maldita sea, todo su futuro se verá truncado por sus caprichos"
"¿Quién lo contratará? ¿Cómo conseguirá empleo? Lo mirarán mal, la va a pasar muy mal"
"Mierda, debí haber sido mucho más duro desde que tenía cinco"
"¿Qué dirán nuestros amigos? ¿Y la sociedad? ¿Y nuestros familiares?"
"¿Cómo carajos esperas que triunfe en la vida siendo transexual?"
"Las personas no lo entenderán como nosotros, sufrirá demasiado rechazo"
"¿Y qué si nos equivocamos y al final se arrepiente de todo esto?"
No, no estás siendo un mal padre al dejar a tu hijo sonreír al escuchar su nombre salido de tus labios por primera vez.
No, no estás haciéndolo sufrir al permitirle ser feliz después de haber dejado que se intente quitar la vida setenta y siete veces.
No, no estás arruinando su futuro apoyándolo en cada paso que de, impulsándolo a seguir y a demostrarles al mundo que "esto" como sueles llamarlo, no es una patología ni una decisión por caprichos estúpidos.
No, no estás siendo culpable de nada, estás siendo comprensivo, amoroso, dispuesto, y admirable, al aceptar a tu hijo tal y como es.
No, no estás siendo mal padre, estás siendo el héroe que tu hijo siempre soñó que fueras para él.
Te admiró por muchos años, atándote la corbata y rasurándote la barbilla con un gillet doble filo, te alcanzó un algodón con alcohol y corrió hacia tu habitación sin hacer mucho ruido, usó una de tus camisas planchadas y se vio al espejo sonriendo y pensando en lo mucho que deseaba ser como tú, fuerte, valiente, audaz.
No, no estás siendo mal padre, lo estás haciendo feliz.
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atrapado.
Non-FictionMenos prejuicio y más empatía. Mi historia. Chico transgénero. Léela si te interesa, te sientes identificado o por simple curiosidad. Aquí plasmo mis pensamientos, y todo aquello que siempre me he guardado.
