Soy consciente de mi pasado, de mi presente y de mi futuro. De mis errores y de mis cagadas, de todas las veces que lastimé a quienes realmente amaba. Traté bien a quienes me trataban como basura, y traté mal a quienes lo daban todo por mí.
Pero aún no ha llegado mi jaque mate final. El tablero de ajedrez en el que soy todas las piezas al mismo tiempo, llega a cansar, llega a estresar, pero cuando ganas, finalmente te consagras como el más grande luchador.
Mi padre nunca me dijo "campeón, lo hiciste bien" al anotar un gol en un partido de fútbol en el patio con mi hermano; me gritó "deja de actuar como un niño", sacó un vestido amarillo y me obligó a usarlo todo el día mientras intentaba calmar el dolor de un moratón en mi mejilla.
Mamá jamás notó que me desangraba en el baño todas esas veces que discutía a los golpes con papá.
En el colegio nunca me tomaron en serio, sentirme tan solo en un mundo en pausa que continuaba girando me hacía sentir cada vez más cansado.
Te pasa, llega un punto en el que te cansas tanto emocionalmente, de luchar, de darlo todo, de enfrentarte, de intentarlo una vez más, de lastimarte los brazos evitando una enorme pared que inevitablemente te derrumbará. Te cansas tanto que dejas que el soplido del polvo se lleve hasta el último trozo restante de ti.
Pero sigo acá, desde que piso el suelo frío por las mañanas al despertarme me digo a mi mismo lo valiente que debe ser una persona para ser considerada un verdadero campeón, no es un título que un padre te dice en algún juego de niños; es enfrentarte al mundo y a ti mismo, correr sin miedo, llorar sin vergüenza, gritar sin prejuicios, reír sin control, felicidad sin límites, vivir sin "pero", sin "mejor no", sin "tengo miedo de", sin "no puedo".
El control de tu mente no lo tiene nadie más que tú, si canalizas todos tus impulsos en tu espíritu, no dejarás que estos tomen control sobre ti y te obliguen a hacer cosas de las que después te arrepentirás. Si transformas toda tu debilidad en fortaleza, serás mucho más que un vencedor.
No, no es un maldito discurso de autoayuda, yo también estoy muy cansado de escuchar frases motivadoras que a lo único que te motivan es al aislamiento social.
Despierta, mierda. Despierta de una vez, ¿alguna vez te has preguntado valieron la pena cada una de tus lágrimas? ¿alguna vez te pusiste a pensar en qué pasaría si te atrevieses a ser quien realmente eres y mandar a la mierda los qué dirán? ¿alguna vez quisiste ser feliz? No lo pierdas, coge ese hilo de esperanza y átalo a tu mente, que incluso tu subconsciente sabe las ganas que tienes por luchar.
Y ámate, ámate tanto que nadie pueda romperte otra vez.
No vuelvas a sentir miedo cuando intenten destruirte.
Sé inteligente, eres capaz y puedes hacerlo, cualquier cosa que desees lograr.
Sé muy fuerte para vencer cada obstáculo que obstruya tu visión a futuro y tu llegada a la gloria.
Y sobretodo, sé valiente. Sé muy valiente, porque es allí cuando nada ni nadie podrá pararte.
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atrapado.
Non-FictionMenos prejuicio y más empatía. Mi historia. Chico transgénero. Léela si te interesa, te sientes identificado o por simple curiosidad. Aquí plasmo mis pensamientos, y todo aquello que siempre me he guardado.