Capítulo II

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—¿Estás escuchando lo que dices? ¿Cómo es posible que todo un pueblo crea que esos tres mocosos maratón a alguien? ¡Es algo absurdo! Por esta razón la gente de ciudad odia los pueblos pequeños.

—Sé que suena estupido pero no fue cualquier persona. A su mejor amigo, Matthew Espinosa, el ex dueño de tú casa. Las malas lenguas dicen que lo asesinaron por dinero. Algunos piensan que ese dinero sigue en tú casa. Así que ten cuidado, si uno de ellos se te acerca ya sabes el motivo.

Kaithe se quedo mirando a Trace como si tuviera un tercer ojo, a ella no le molestaba porque ya era una reacción muy común al momento de hablar sobre Hayes, Nash o Cameron.

—Basura de pueblo pequeño. —Fue el único comentario que hizo Kaithe antes de volver a comer sus dulces

Ya tenía una idea de porque sus padres querían vivir en un lugar como ese. Era el lugar perfecto para sacar inspiración, puede que a finales de año Kaithe sea protagonista de todo un best sellar escrito por sus padres.

*

Los pasillos estaban abarrotados de gente por doquier y Kaithe caminaba tratando de encontrar lo que buscaba sin tener que tocar a todos esos asquerosos adolescentes hormonales llenos de bacterias. Sabía que estaba loca; aún así adoraba la atención sobretodo si venía de gente con pocas neuronas. Este pueblo quería drama, ella les daría drama.

—Bueno—Sonrió maliciosa paseándose cerca del pelinegro con ojos azules y capucha que estaba a solo unos pasos de ella—Que comience la diversión.

Cuando Trace vio a dónde se dirigía Kaithe se lanzó tratando de detenerla pero la chica solo se alejó y camino con la frente en alto haciendo resonar el tacón de sus botas y la sonrisa de autosuficiencia en su rostro.

Todos la observaban y eso no era algo que a ella le molestara, había conseguido la atención que deseaba. A Kaithe Young si le gusta la atención, estaba más que claro_; como motivo secundario solo buscaba jugar un poco con la débil mente de adolescentes manipulables.

—Espero—Dijo acercándose al oído de Hayes—Que tú acto de ésta mañana valiera la pena. No cualquiera se atreve a morir atropellado. Sin mencionar que la sangre es muy difícil de limpiar.

Todos contenían el aliento y por el rabillo del ojo Kaithe observó como Nash y Cameron se apoyaban de la pared y observaban la escena, todos esperando a que Hayes contestará a la extraña chica nueva que había adquirido la casa del ex miembro de ese grupo de pandilleros adictos al peligro y alguna que otra sustancia.

Hayes cerró el casillero y miró a Kaithe de arriba abajo, nadie esperaba ver esa sonrisa de pícara en su rostro. Se acercó a ella dándole uno de los caramelos que la vio comiendo en el almuerzo, trato de ser discreto para no llamar la atención de su hermano, cosa que no estaba logrando. Se inclinó solo un poco para estar a la altura de su oído.

—Si, lo valió. Y si me atrevería a morir atropellado, siempre y cuando lo valga. Puedes apostarlo.

—En ese caso, lo haré.

Kaithe sonrió y pasó de largo con Trace siguiendola como pinpollito por todo el pasillo. Se estaba riendo de la cara de muerte que tenía su pobre nueva amiga. Le agradaba pero le preocupaba darle un infarto con los planes que tenía previsto para dar un poco de revolución a ese lugarsucho al que se veía obligada a llamar "hogar"

—Tú quieres que te maten ¿No es así?

—Ese niño no me hará nada no te preocupes. Ahora—Kaithe se detuvo en medio del pasillo—¿Izquierda o derecha para ir a química?

—Izquierda.

—Vamos entonces. Tranquila, cuando salgamos de esta cárcel te invito un café para que se te pase el susto.

Please, Hayes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora