Capítulo XV

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Cuando las tragedias aparecen no puedes escapar tan pronto de ellas. El dolor es constante, y tus ojos lo reflejan. Pierdes un poco del brillo que los caracterizaba. No importa lo que digan, el dolor no se va. Simplemente aprendes a vivir con el.

Unas semanas se convirtieron en dos meses. Y en esos dos meses Nash tardó tres semanas en estar consciente del todo, y Johnson pasó casi tres semanas con amnesia. Esos, sin duda alguna, fueron los peores momentos para toda la familia. Nash había dejado de hablar, estaba aturdido y confundido. Johnson no recordaba y luchaba día a día por hacerlo.

Ambos habían perdido los recuerdos de esa noche, solo veían fragmentos cuando el sueño era profundo. En ocasiones todo lo que Nash veía en sus recuerdos era el hueso roto de Jaco. Despertaba aferrándose con fuerza a sus brazos, pensaba que en cualquier momento su brazo se rompería en dos y no podrían hacer nada más por él.

Físicamente hablando, Jack se había llevado la peor parte. Un hueso se convirtió en dos, costillas fracturadas y un pulmón perforado. Nash por otro lado había tenido múltiples y peligrosos golpes en la cabeza, el peso de Johnson sobre él había lastimado su rodilla de gravedad y su tobillo esta fracturado a causa de el pedal que se quedo incrustado en su pie.

Johnson cayó en coma después de su segunda operación y Nash lo siguió un par de horas después. Tres semanas y media después uno despertó sin recuerdos de absolutamente nada y el otro tenía un mutismo selectivo.

Las semanas que siguieron ambos recibían la visita de todos sus amigos y familiares, intentaban animarlos y traían regalos. Los primeros días fueron difícil para Jack, entraba en pánico con las multitudes y no poder reconocer a nadie lo perturbaba. Gracias a todo el apoyo que estaban recibiendo Nash fue capaz de pronunciar algunas palabras y Jack pudo recuperar recuerdos.

Una noche cuando los chicos se habían ido, y habían decidido dejar a Nash y Jack solos para que descansaran. Durante el día la habitación estaba sumida en un ruido constante y alegre, aunque en el fondo -cuando aparecían los silencios largos- había un sentimiento muy lúgubre entre los presentes. Cada noche cuando todos sus amigos se iban ambos chicos podían descansar en paz y refugiarse en el silencio y sus pensamientos. Ese día no fue diferente, excepto que no había palabras entre los dos amigos. Sin embargo esa noche Johnson le pregunto a Nash:

— ¿Qué se siente?

— ¿Qué cosa?

Jack estaba sorprendido, Nash podía hablar solo cuando estaba solo y solo podía responder con monosílabos a pocas personas. Por lo general solo lo hacía con Hayes; realmente Johnson no esperaba que le respondiera. Se había hecho la idea de tener una conversación con sigo mismo.

— ¿Qué se siente recordarlo todo?—Reformulo la pregunta.

—Horrible.

—Pero es mejor que no saber nada.

—Yo quisiera no recordar nada.

—No, eso es lo peor. Te hace sentir horrible. Y  te hace sentir peor ver la mirada en ellos, en los que se supone son tus amigos, tu familia.

Después de esa noche pequeños fragmentos del pasado volvieron de a poco a la memoria de Johnson. Cosas simples como su color favorito, su odio por el canal 4, y lo mejor fue... cuando comenzó a recordar a sus amigos. Gilinsky había estado en su vida desde los 4 o 3 años, sabía que era él quien se llevaba la peor parte y recordar como se hicieron amigos le trajo un sentimiento de confort como no había sentido antes.

Nash salió primero del hospital que Johnson. Y ahora tenía que soportar el ruido constante en así casa. Sabía que allí no iba a poder estar solo, y estaba un poco perturbado. Hayes y Taylorismo lo ayudaron a subir a su cuarto, no podía apoyar el yeso en el suelo y aún no tenía las muletas. Así que su hermano y alguno de sus amigos terminaba siendo su transportador personal durante un par de días.

Please, Hayes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora