Capítulo XIX

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Mientras Nash iba al hospital con Will, Matt y Hayes corrían por el pueblo tratando de llegar a casa. Hayes corrió al interior de la casa, en busca de su madre pero no estaba por ningún lado. Antes de que Matt pudiera reproducir un sonido, un estruendo en el piso superior los alertó a ambos.

—¡Skylynn!—La pequeña rubia salió corriendo hacia los brazos de su hermano

—¿Qué está pasando? ¿Dónde está mamá? ¿Porqué se fue?

—¿Se fue?—Preguntó Matt—¿Cómo que se fue?

—Debo decir—Hayes retrocedió al escuchar la voz de Jake salir de su cuarto—Que tu madre es una mujer encantadora. Pobrecita, se puso cómo loca cuando recibió la llamada de Nash. En este momento debe de estar tan devastada.

—¡Largate de mi casa! ¡Ahora!

—Pero pequeño Hayes, tenemos que hablar de negocios, lo olvidas. Estoy más que seguro de que fueron ustedes dos quienes tomaron el dinero, y serán ustedes dos quienes paguen.

—Matt...

—Saca a Sky de aquí

—Pero...

—Ve. No me hará nada, está convencido de que tenemos su dinero.

Hayes se marchó con cuidado mirando constantemente hacia atrás. Corrió a la casa de su vecina y le pidió con urgencia que por favor cuidará de su hermana mientras él atendía una emergencia.

Al volver, con miedo de que lo peor hubiera pasado, se dio cuenta que Matt discutía con Jake.

—¡Te dije que no lo tengo!

—Y yo no te creo. No soy estúpido. Sólo quedaban cuatro personas en esa casa, y una de ellas ya debe de estar muerta... les sugiero que comiencen a hablar.

—Matt ya te lo dijo Jake, no lo tenemos.

—Bien. Odio cuando la gente no aprecia mi esfuerzo por ser bueno

Jake sacó del bolsillo de su chaqueta la pistola con el mango dorado, Matt tragó en seco y dio un paso atrás. Las manos de Hayes comenzaron a sudar y temblar; ambos contemplaban un claro final.

—Caminen, no tengo toda la noche.

Hayes esperaba el momento adecuado para actuar, el problema era que cuando lo obtuviera, no tendría ni la menor idea de lo que haría. Jake disparó a sus pies al ver que no se movían, así que comenzaron a caminar. Hayes se subió en la camioneta que estaba a un par de calles de su casa. Le tocaba ser conductor, y eso probablemente era lo mejor de la noche, siempre le había gustado conducir, y Jake le estaba dando una oportunidad de salir del enredo en el que se había metido.

Matt, por otro lado, estaba de copiloto; Jake estaba sentado en la parte de atrás cantando una canción cual psicópata. Matt miró por el retrovisor, Jake estaba distraído entonando su estúpida canción, miró a Hayes hasta que este le devolvió el gesto.

—¿A dónde vamos?—le Preguntó

—Iremos al puente, así sus cadáveres podrán flotar por todo el maldito pueblo.

Jake se recostó en el asiento, y puso una mano sobre su cara. Cuando Hayes intentó moverse, se puso de pie para mirar lo que estaba haciendo, al comprobar que no era nada, volvió a dormitar

Con cuidado de no hacer mucho ruido, o un movimiento brusco que pudiera alterar al psicópata detrás de él, Hayes intentó sacar el teléfono de su bolsillo. Por desgracia, las manos le temblaban demasiado y término por caer al piso.

—¿Qué fue eso?

—Un bache—Dijo Matt—Estas calles no están muy bien pavimentadas.

Cómo gesto afirmativo, Hayes paso por encima de un bache próximo y apretó la mandíbula tanto que pensó que se rompería los dientes. Respiró profundo cuando Jake volvió arrecostarse en el asiento.

Con su mano izquierda intentó tomar el teléfono, cuando lo logró se lo lanzó rápido a Matt y gesticuló con los labios un nombre: Cameron.

Matt asintió, y esperó el momento necesario para mandar el mensaje más rápido que pudo.

Jake se levantaba cada tanto para comprobar que hacían, y no perdía tiempo para apretar el cañón contra la sien de alguno de los chicos. Entre sus ataques a dormitar Matt logró enviar cuatro mensajes.

«El lago, ahra»
«Ls chics»
«Bjo Puent»
«Jake quiere mtarns. N s brma. N hay tmpo»

Hayes conducía lo más lento que podía, y estaba agradecido que la cueva estuviera mucho más cerca del lago de lo que estaban ellos. Tenía fe de que para ese momento Nash ya les hubiese avisado de lo que estaba pasando, y estuvieran moviéndose por el pueblo.

*

Bajaron del auto con la sangre helada, si los chicos no estaban bajo el lago, el primero en caer (por no decir que ambos) estarían muertos. Los músculos se le tensaban, y sus pasos eran rígidos.

—Muy bien ¿Quién quiere ser el primero?

—¡Jake! Por favor entiende no tenemos ese dinero.

—Y yo no les creo—Canturreo emocionado. —Volveré a preguntar: ¿Quién quiere ser el primero?

—¡Jake!—Hayes se giró con asombró y con el doble de miedo que antes. Nash y Gilinsky estaban detrás de ellos mirando directamente hacia su oponente—¡Ellos no dirán nada! ¡Lo prometo!

—Lo siento Nashito pero no me importa lo que puedan decir, ustedes no son más que la escoria inmunda de este pueblo. Nadie les creerá. Yo me aseguraré de ello.

—¡No tenías por que ir contra Will! ¡Él no tiene la culpa!

—Asumiré que aún no ha muerto, pero apuesto a que lo hará pronto. Dejaré que el pequeño Grier se despida pero antes... ¿Dónde está mi dinero?

—¿Cuál dinero?—Preguntó Jack confundido¿De qué hablas?

—Mi viejo, y querido debo decir, amigo William, el pequeño Hayes y esta basurita de Matty se llevaron más de 300.000$. Ahora yo preguntó: ¿A qué han venido ustedes dos, escoreas si no es para darme mi dinero?

—Hayes...

—Nash, es mentira. Ninguno se llevó ese dinero Jake está perdiendo la razón.

—-...Ya escuchaste Jake, ellos no lo tomaron.

—Wow, confías ciegamente en tú hermano. Eso me gusta.

—-Jake, basta. Ellos no lo tienen—Jack dio un paso hacia adelante y Jake, por reflejo, disparó dos veces.

—¡No tenemos el dinero!—Gritó Hayes desesperado—¡No fuimos nosotros!

—Eso no es suficiente, ven aquí Matty. —Matt no se movió, y ocasionó la irá de Jake que paso de ser "amable" a gritar cómo el mismo diablo

—Jake no hagas algo de lo que te puedas arrepentir. Podemos llegar a un acuerdo.

—Cómo dije, no es suficiente. Ya mate a dos personas hoy. Estoy seguro de que el tercero será mucho más sencillo.

—Te podemos pagar—Dijo Jack—Podemos reunir el dinero. Sólo dejalo...

—No—Jake se rió y disparó.

El impacto lanzó el cuerpo casi inerte de Matthew por el borde del puente.

Por segunda vez esa noche, el mundo de Hayes se ralentizó, algo que él jamás olvidaría de esa noche es el sonido del disparó, y el impacto del cuerpo de Matt al caer al agua.

Please, Hayes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora