Capítulo I

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Las nubes se arremolinaban por el oscuro cielo, y la ciudad parecia estar sumida en un luto profundo, cómo si la pérdida de un ser querido aún estuviera presente. Y Kaithe no entendía cómo sus padres habían decidido mudarse a un lugar cómo ese. Era una basura de cabo a rabo.

Desde que llego a ese horrible pueblo no ha hecho más que extrañar su viejo hogar, en California; a sus amigos, a sus familiares, escuela y de más pero ahora estaba atrapada en un pueblo pequeño y completamente lúgubre que no parece gozar de ningún tipo de diversión.

- ¿Estás emocionada por tu primer día de escuela?

-Claro mamá. ¿Quién no estaría feliz de ser la chica nueva?-Su madre dejó caer el tenedor a medio camino de su boca. Su padre estaba molesto porque había pasado el último mes diciendo lo mismo una y otra vez. Y estaba harto de tener que hacer de intermediario entre su mujer y su hija por el mismo tema una y otra vez.

-Llegarás tarde, Kaithe. Vete ya.

Kaithe Young no encajaba para nada en ese pueblo, era cómo ser una especie rara entre tantos animales salvajes. Kaithe disfrutaba de ir al Starbucks por la mañana, allí no había ninguno. Le gustaba reunirse con sus amigas en el paseo de las compras, allí solo habían un par de tiendas de segunda mano. Kaithe disfrutaba de ir de tragos a buenos clubs, ahí no había ninguno.

Y por todas esas razones se maldecía una y otra vez mientras conducía de camino a la escuela, que a decir verdad no estaba tan lejos como parecía porque todo en ese maldito pueblo estaba, literalmente, a la vuelta de la esquina.

No podía esperar a que sus padres reaccionaran y decidieran marcharse a su siguiente destino. Ni siquiera se molestaría en desempacar (cómo siempre hacía) porqué estaba más que segura de que no duraría mucho en ese...

-Maldito pueblucho.

El teléfono comenzó a sonar en el asiento trasero, aprovechando que no había nadie en la calle Kaithe trato de alcanzarlo pero se salió un poco del camino hacía el siguiente carril, cuando tuvo el aparato en sus manos suspiro al ver que no ocasionó un accidente o algo.

Eso era lo que le faltaba. Ocasionar un accidente, ir a la cárcel y arruinarse la vida. Más de lo que ya lo había hecho.

- ¿Hola? Será mejor que sea bueno porqué casi me mato...

- ¡Hola bastarda! ¿Cómo van las cosas en villa feliz?

-De maravilla. Digo, todo aquí es un verdadero encanto. Un pueblo con personalidad.

-Ya extrañaba tu sarcasmo.

De la nada un chico apareció corriendo por la calle y Kaithe tuvo que soltar el teléfono y darle la vuelta completa al volante para no atropellarlo. Cuando el auto se detuvo el chico también lo hizo. Kaithe estaba asustada y solo podía ver al chico cómo le daba una mirada sin alguna expresión y salía corriendo cómo si nada hubiera pasado.

- ¡Kaithe! ¡Kaithe, estás ahí puedo escucharte respirar!

-Te llamo luego, Savannah.

*

Desde que Kaithe apareció en el lumbral de la puerta del instituto West, supo que nada iba a ir bien ese primer día. Todos la miraban como si poseyera la plaga, y entre clase y clase no hacía más que lamentar su vida mientras sentía cómo todos la observaban con curiosidad.

-Se detendrá después de un par de días, no te preocupes. Mi nombre es Trace McMillan. Estoy en el Comité de Bienvenida.

-Ah... yo soy...

-Kaithe Young. Lo sé. Todo el pueblo está hablando de ti y de tu familia. Es increíble que ocuparán la casa Espinosa.

- ¿Disculpa?

-Tú casa forma parte de las propiedades de los Espinosa pero nadie ha querido vivir allí desde que su hijo, Matt, "supuestamente" murió hace un año. La verdad es que simplemente desapareció pero todos piensan que esta muerto así que...

Trace siguió contándole a Kaithe la triste historia de Matthew Espinosa pero ella simplemente no le prestó atención y dirigió toda su atención al pasillo por donde todos comenzaban apartarse al ver pasar al chico de los ojos azules. El mismo chico que Kaithe casi mata esa misma mañana.

Sus miradas se conectaron solo por un momento pero lo suficiente como para que un escalofrío recorriera de arriba abajo a la castaña de ojos dorados.

- ¿Quién es?-Preguntó.

-Oh, él es Hayes. Hayes Grier. Es un poco...

- ¿Aterrador?

-Solitario. Pero eso también. Yo no intentaría acercarme a él, está literalmente chiflado y nadie es suficientemente bueno para ser su amigo. -Trace se encogió de hombros y dirigió su mirada a Kaithe con una sonrisa- ¿Quieres almorzar conmigo y mis amigos?

-Eh, bueno...-Kaithe pensó en negarse pero esa chica había sido lo suficientemente amable como para acercarse aunque solo sea para preguntar por su estúpida nueva casa-Me encantaría.

Trace tenía amigos poco interesantes o guapos pero estaba bien para pasar el rato. La cafetería de West no era exactamente grande, su cuarto de baño era más grande que ese espacio lleno de mesas con estudiantes unos sobre otros.

- ¿Por qué te mudaste al pueblo?

-Mis padres querían un cambio de aires. Son escritores así que necesitaban un nuevo lugar para buscar la inspiración.

-Eso es genial.

Todo lo que salía de la boca de Kaithe les parecía genial a esos chicos, y comenzaba a aburrirse de estar siendo elogiada cada que hablaba. La única persona normal en esa mesa era Trace que parecía solo estar ahí porque no tenía opción o por pena.

El cuartucho para tomar el almuerzo quedó en silencio cuando las puertas se abrieron de par en par. Dos chicos mayores que Kaithe entraron con paso decidido y cómo si fueran los dueños del lugar. El silencio sólo duró un par de segundos, pero los suficientes para que Kaithe se diera cuenta de que había algo muy raro en esa escuela.

-Genial. Han vuelto.

-Pensé que habías dicho que nadie era lo suficientemente bueno para comer con él-Señaló Kaithe mirando cómo los dos nuevos recién llegados se sentaban con Hayes en la mesa del fondo ocultándose entre las sombras.

-Ellos son Nash y Cameron. Son amigos de Hayes, los únicos que tiene pero ellos casi nunca están en el colegio por eso lo digo. Es muy raro cuando los ves a los tres juntos.

- ¿Esto es una especie de película mala porque a mí me parece solo tres adolescentes ridículos con deseos de privacidad? Y eso no es malo.

-Tú lo crees así porque eres nueva por aquí pero deja que tengas un poco más de tiempo, y es cuando comenzarás a escuchar cosas.

- ¿Qué es lo que los hace tan especial?

-No son especiales. Son asesinos.

Please, Hayes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora