Capítulo 8.

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Después de desayunar, Jaejoong y Sehun se fueron al comedor principal donde llegaban todos los alumnos con sus pijamas aún puestos y sus pelos alborotados.

Sehun buscó con la mirada a Luhan pero no lo vió por ningún lado. Soltó un pequeño gruñido y, cuando se quiso dar cuenta, Jaejoong, Chanyeol y Suho le estaban observando atentamente. Tosió un par de veces al ser descubierto y caminó alrededor de la mesa, disimulado.

—Profesor nuevo —dijo una voz a su lado. Sehun se giró y miró a Suho quien lo llamaba— ¿Por qué...? —el chico frunció el ceño mirando al profesor.

—¿Por qué que, Suho? —le animó a continuar Sehun.

Suho hizo un gesto con la mano indicandole que se agachara para que le pudiera susurrar al oído. Sehun suspiró pero le hizo caso y se agachó hasta quedar su oído a la altura de la boca del chico.

—¿Por qué ya no puedo leer tus pensamientos? —le susurró en el oído.

Sehun arrugó la frente y se volvió a alzar para ponerse recto.

—Estás aún muy dormido, Suho —dijo sin ninguna emoción— pero no es bueno que vayas leyendo mentes sin permiso.

—Me sale solo... —dijo el muchacho agachando la mirada a sus rodillas.

—Pues intenta controlarte —Sehun alzó una mano para revolver el pelo de Suho pero antes de tocarle su mano empezó a temblar y la retiró rápidamente, suspirando— desayuna.

Sehun alzó la mirada del chico y la posó frente a él, donde Chanyeol le miraba con intensidad. Un dolor agudo, como si de un pinchazo se tratara, llegó a su cabeza, seguido de un recuerdo.

Jongdae sentado en el suelo mientras le hablaba a él. "Hay rumores de que Suho es incapaz de leer sus mentes porque les han metido una especie de chip en el cerebro".

Un escalofrío recorrió toda la espalda de Sehun. Sin poder evitarlo, salió del comedor principal y caminó a paso rápido hasta el primer baño que encontró. Llegó donde el espejo y empezó a meterse los dedos entre el pelo, buscando alguna cicatriz, alguna marca por mínima que fuera.

Por suerte, no encontró nada.

Se agachó en el lavamanos y abrió el grifo para echarse un poco de agua en la cara. Cuando alzó la mirada hacía el espejo, vio que detrás de él estaba Luhan con la mano entrelazada de Minho. Se giró de golpe pero allí no había nadie más que él.

—Me estoy volviendo jodidamente loco en este lugar.

Se secó la cara con varias toallas que había en el baño, las tiró a la papelera y salió de allí.

Casi chilla cuando estuvo apunto de chocar contra Luhan nada más salir al pasillo. El chico parecía no haberse dado cuenta de su presencia y seguía caminando lentamente.

—¿Luhan? —Sehun susurró, deseando que ese chico no fuera otra de sus malditas alucinaciones que le provocaba últimamente su cabeza.

Luhan se giró lentamente y le miró sin ninguna expresión en el rostro. Su miraba estaba desenfocada y pérdida. Sehun se mordió el labio inferior y se quedaron en silencio, mirándose a los ojos, aunque Luhan parecía mirar más allá. Sus orbes avellanas habían perdido el brillo que les caracterizaba.

—Minho no se quiere ir —dijo Luhan con voz ronca y cansada.

—¿Qué...? —Sehun dio un paso hacía delante y se fijó que Luhan tenía sangre seca en el labio— Luhan, tienes...

—No te acerques —le cortó el chico.

—¿Por qué? —dijo en un susurro.

—Porque quiero matarte —la voz de Luhan cambió drásticamente, volviéndose en una más grave y ronca. Sus ojos empezaron a volverse negros desde la pupila hasta el exterior.

Los monstruos no lloran { EXO }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora