Capítulo 9.

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Cuando Baekhyun salió corriendo a buscar al médico, Yongguk no parecía interesado en seguir al chico, y eso calmó un poco a Sehun.

—Oh Sehun —empezó a hablar el hombre con una voz grave. Se agachó para quedar a su altura antes de seguir hablando— ¿Crees que vas a conseguir liberar a esos niños de esta prisión? —su tono era neutro al igual que sus expresiones— ¿Te crees fuerte? —negó lentamente con la cabeza— no lo eres aunque tu poder sea inmenso —volvió a agarrar su pelo con fuerza— si no sabes utilizarlo, ¿De qué te sirve? —sonrió levemente— ¿Sabes cual es mi poder, Sehun? —Sehun permaneció en silencio mirándolo con cara de pocos amigos. No iba a dejar que aquel hombre le viera asustado, no iba a permitir eso— ilusiones de dolor —ladeó la cabeza— a Chanyeol le encanta mi poder, y a Luhan también —soltó con claro veneno en su voz.

Sehun tomó aire con furia y le miró de igual manera.

—¿Eres tú quien le hace daño? —soltó en un gruñido.

—Yo solo le castigo cuando no hace las cosas bien.

—Cuando no hace lo que a ti te sale de los cojones, ¿No es así?

—Esa boca, chico.

—No vuelvas a tocar a Luhan —Sehun apretó los dientes— ni a ningún chico de esta academia.

—Tú no me das ordenes —Yongguk se acercó más a él— tendré que darte una lección por haberte portado tan mal —sonrió más amplio— te has portado muy mal, pequeño, te tendré que castigar —repitió las palabras que esa persona le repetía a Sehun constantemente. Yongguk lo sabía.

Sehun no sabe cómo pasó, pero en un segundo, él se encontraba sentado en una silla de cuero negra, en un despacho que reconocía a la perfección. La puerta se abrió en ese momento y dejó pasar a alguien. Sehun miró hacía atrás, de su frente caía sudor frío cuando miró a Minho ante él.

—Sehunnie, Sehunnie,... —dijo él con una sonrisa en sus labios— vaya, vaya, nos volvemos a ver —sonrió de lado— ya sabes lo que tienes que hacer, ¿No es así? —Minho se fue desabrochando los pantalones y se bajó la cremallera para sacar su miembro delante de la cara de Sehun— vamos.

En otro segundo, Sehun ya no se encontraba en el despacho, sino que estaba en la habitación de Luhan. El chico estaba dándole la espalda, Sehun se acercó corriendo a él y le tocó el hombro. Nada más tocarle, el chico empezó a derretirse debajo de su mano. Sehun soltó un gritó por el miedo, Luhan se giró en ese momento pero lo que vió no era su inocente rostro que parecía un ángel sino todo lo contrario. Su boca estaba cosida, tenía dos cuernos saliendo de su frente y las cuencas de sus ojos estaban vacías.

De nuevo, todo cambió y ahora se encontraba sobre un escritorio de madera mientras alguien lo penetraba duramente. Unas manos recorrían todo su cuerpo, dándole arcadas por el toque. Esas manos eran ásperas y estaban llenas de pequeños pinchos que rasgaban su piel. Chilló por el dolor hasta que se quedó sin aire y sin fuerzas.

Sehun sintió el césped rozar su mejilla. Abrió los ojos, tomando una gran bocanada de aire por su boca, y miró a su alrededor. Estaba en la academia, donde antes, y Yongguk estaba a su lado, mirándole.

—¿Has aprendido ya la lección? —dijo el hombre.

Sehun le miró asustado y retrocedió para alejarse de él todo lo posible, arrastrándose por la hierba.

-Veo que ya has aprendido -dijo Yongguk levantándose- ahora iré a buscar a Chanyeol. Se ha portado mal y necesita un castigo -empezó a caminar hacía el edificio- a Baekhyun también tengo que darle una lección.

Sehun se tumbó en el césped y miró hacía el cielo azul. Si así eran los castigos de los chicos de la clase peligrosa, temía por seguir allí. Pero también temía por los chicos, por Luhan, Xiumin, Chanyeol, y ahora Baekhyun. Pero sobre todo, temía por lo que sus padres debieron pasar durante años.

Los monstruos no lloran { EXO }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora