Luhan

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"Y después de ese día, dejó de ser el mismo. Se convirtió en un chico frío... Sus ojos ya no reflejaban la dulzura de su alma.

Después de ciertos infiernos, no cualquier demonio te quema."








Luhan agarraba con manos temblorosas el papel arrugado. Las letras amontonándose en su cabeza, la cual no paraba de repetir una y otra vez lo mismo.

No iba a enfadarse con Sehun, no. Eso era imposible.

Tomó aire y se bajó lentamente de la cama, con una tranquilidad que sorprendía. Tenía muy claro a dónde ir y qué hacer. Las cosas iban a cambiar, ya nada sería igual, y eso le daba miedo.

Salió en total silencio de la habitación y avanzó por el pasillo con los pies descalzos. Pasó entre las puertas de los dormitorios de sus compañeros sin fijarse en ninguna en concreto. Era extraño que no hubiera nadie a esa hora deambulando fuera de sus habitaciones.

Unos pasos sonaron a la lejanía y supo que era él en cuanto apareció por una esquina del pasillo. Los dos frenaron su andar y se quedaron mirando el uno al otro sin decir nada. Sólo unos pocos metros los separaban.

Jaejoong supo en ese momento que Luhan ya se había enterado de todo. Pero no intuía cómo iba a reaccionar.

—Luhan. —susurró después de minutos de silencio.

Luhan tomó aire y lo soltó muy despacio. Sus manos estaban hechas puños a ambos lados de su cuerpo, en una de ellas sostenía la hoja arrugada de Sehun.

Apretó los dientes mientras una fina línea de sangre caía desde la comisura de sus labios. Jaejoong abrió los ojos e hizo un movimiento como si estuviera a punto de correr hacia él, pero al parecer lo pensó mejor y retrocedió.

Luhan le estaba probando, si, lo sabía. El chico quería comprobar si él era su verdadero padre. Y la mejor forma para ver aquello era usando su poder.

Una masa negra empezó a cubrir todas las paredes de aquel pasillo mientras risas y palabras que no tenían sentido llegaban desde todos los lugares. La primera persona, o más bien espíritu, que apareció ante él fue una niña rubia de pelo corto y liso con un bonito vestido azul claro manchado y roto. En su mano, la niña sostenía un hacha y se reía sin parar mientras lo agitaba en el aire. Sus ojos eran negros, al igual que los de su hijo en ese momento.

Jaejoong esquivó a la niña, recibiendo un pequeño corte en su mejilla derecha, y avanzó lentamente hacia Luhan. Más espíritus fueron apareciendo en el pasillo, pero todos ellos eran niños.

Cuando llegó frente a Luhan, que se mantenía en trance pero aun seguía apretando los puños y la mandíbula, se arrodilló ante él y agarró una de los manos.

—Perdóname.

Luhan abrió la boca y un chorro de sangre espesa salió por ella. Jaejoong tuvo que cerrar un momento los ojos por la imagen tan dura que estaba viendo de su hijo.

—Perdóname. —volvió a repetir— Perdóname, Luhan.

—¿P-Por qué... no... te... atacan? —dijo refiriéndose a los espíritus.

—Estoy usando mi poder de anulación ahora mismo. —explicó— Cuando eras pequeño lo usaba de esta forma para ayudarte a controlar tu poder. Claro que no era tan grande como ahora, de verdad te has vuelto muy fuerte.

La primera lágrima cayó por la mejilla de Luhan.

—¿Y... mi... madre?

—Tu madre se fué y nos abandonó.

—¿Por... qué?

—Luhan... —suspiró— Hay personas en este mundo que no puede convivir bien con gente con poderes. Tu madre temía que algún día te hiciera daño, así que por eso se fue.

La segunda lágrima cayó silenciosa al igual que la primera.

—Duele...

—Lo sé. —Jaejoong sostuvo la cara de su hijo entre sus manos y la acunó con cariño— Quiero que sepas que yo siempre he estado ahí, junto a ti, aunque tú no me vieras. Siempre he tratado de protegerte lo máximo posible pero siento que he fallado incontable veces en ello. Lo siento. —limpiaba las lágrimas de Luhan mientras hablaba— Te amo, hijo. Siempre te he amado y siempre lo haré.

—Pa...pá...

Jaejoong abrazó con fuerza a Luhan que, por primera vez después de muchos años, le correspondió. Pero por desgracia, el chico se desmayó entre sus brazos por haber usado su poder.

—Te llevaré a tu habitación. —susurró Jaejoong levantándose con él en brazos y caminando tranquilamente por el pasillo.

Luhan se movió y abrazó el cuello del hombre aún estando inconsciente, lo que le hizo sonreír. Jaejoong llegó al dormitorio de su hijo y lo primero que vió nada más abrir la puerta fue a Sehun durmiendo en su cama. Alzó una ceja, al parecer tenía que tener una charla con aquel chico.

—Papá. —susurró Luhan.

—Sí, soy yo, papá.

Jaejoong dejó con cuidado a Luhan en la cama al lado de Sehun y besó su frente.

—Mi novio. —Luhan estaba medio consciente y por eso hablaba sin pensar muy bien en lo que decía.

—¿Tú novio? —Jaejoong volvió a alzar la ceja mirando a Sehun. Gruñó cuando vio que Luhan se acurrucaba junto a él— Sehun. —dijo apretando los dientes.

—Me está enamorando y él ni siquiera lo sabe. —dijo una suave voz al lado de Luhan.

Jaejoong miró a los ojos de Sehun, que acababan de abrirse, y asintió con la cabeza.

—Lo sabe. —acarició los mechones rebeldes del pelo de su hijo— No sabe el lobo que caperucita va al bosque por él.

Sehun le miró extrañado pero el profesor simplemente le sonrió y salió de la habitación sin hacer ruido.








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¡Holi!

Os estareis preguntando "¿Por qué ha actualizado un sábado y no el lunes?". Pues bien, resulta que esta semana ha sido un poco ajetreada para mi empezando con que he tenido entrevistas de trabajo, que espero que me llamen, y terminando con que ayer me operaron. No os preocupéis, fue una operación sin importancia pero para mi, que tengo fobia a las agujas, fue todo un reto jajajaja

Y encima ahora estoy empezando a ponerme enferma :(

Así que he pensado en que, como este capítulo es cortito, os lo iba a subir antes en compensación y así, si el lunes me levanto muy enferma, no voy a tener que preocuparme de actualizar.

Espero que lo entendais :3

Bye bye!


(Siento que cada vez se acerca más el final de la historia T_T)

Los monstruos no lloran { EXO }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora