Capítulo 4.

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Sehun despertó de golpe después de otra pesadilla. Se levantó de la cama y corrió hacia el baño para vaciar su estómago. Se levantó del suelo cuando hubo terminado, enjuagó su boca y salió de nuevo al dormitorio. Todavía era de noche así que aprovecharía para seguir durmiendo.

Se volvió a meter en la cama y a taparse con las suaves sábanas blancas. Pero un sonido de respiraciones le hizo sentarse en la cama y encender la luz de la habitación.

Ahogó un ruido de sorpresa en su garganta al ver a Luhan acurrucado en la esquina de su habitación, temblando y con la mascarilla de aire aun puesta.

—¿Luhan? —susurró antes de levantarse de la cama rápidamente y acercarse al chico— ¿Qué haces aquí?

El chico levantó la mirada lentamente y la posó en los ojos de Sehun. Los dos se quedaron en silencio.

—Ven a la cama y duerme allí.

Luhan asintió con la cabeza y se levantó muy lentamente. Sehun dudó mucho pero al final terminó agarrando su brazo y ayudándole a llegar a la cama, llevando también la pequeña máquina que le suministraba aire.

El más joven se tumbó en la cama ayudado por Sehun, y luego él se tumbó a su lado, arropando a ambos con las sábanas.

—No deberías estar aquí —comentó Sehun.

—Lo... sé... —susurró Luhan.

—¿Cómo te encuentras?

Sehun sintió como la mano de Luhan se movía entre las sábanas y él no dudó en rozar sus dedos. Un suspiro escapó de los labios del más pequeño.

—Mejor...

—¿Q-Qué pasó antes de ayer? —cada vez que Sehun intentaba esforzarse en pensar en lo que pasó le dolía la cabeza. Algo estaba mal porque al recordar cómo el balón rompía los la ventana no era capaz de recordar ver su reflejo en el cristal.

—Estabas en... mi habitación... tumbado... en... mi cama.

Sehun abrió los ojos como platos pero dejó al chico continuar hablando.

—Llegó... Xiumin... y... te... atacó...

—Pero yo no recuerdo eso. Yo recuerdo estar en el patio y que un balón rompiera una ventana, entonces los cristales cayeron en mi espalda y se clavaron ahí.

—Eso... no... tiene... mucho... sentido... —le respondió Luhan de forma lenta— ¿Viste... la... ventana... romperse?

—Si.

—¿Entonces... cómo... llegaron... los trozos... de... cristal... a tu... espalda? —tomó una gran bocanada de aire por el esfuerzo, aunque ya se notaba mejor.

Luhan tenía razón. Si estaba de frente a la ventana, ¿cómo llegaron los trozos de cristal a su espalda? Además, ¿no era algo extraño que un simple balón hubiera lanzado los trozos tan fuerte como para que se clavaran en su espalda?

—Es verdad —susurró Sehun, dándose cuenta de todo.

—Sehun... —Luhan le llamó en un suave susurro.

Un escalofrío recorrió la espalda de Sehun.

—Dime, Luhan.

—Eres... diferente...

—Sí, soy diferente a vosotros, yo no tengo poderes.

—No... no es eso... tu toque es... diferente... —Luhan fue el primero en mover despacio su mano, pasando los dedos por la palma de la mano de Sehun y terminando por entrelazar sus dedos— me hace... ser... fuerte... Eres especial...

Los monstruos no lloran { EXO }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora