34. Reconstrucción

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[NA: Con el clima mundial de estos días y cosas más personales de amigos y pareja, he estado pensando mucho sobre lo que significa querer, proteger, cuidar a los que quieres. Creo que es un tema constante en la historia, y creo que es lo que más me ha llevado a escribir a Levi. 

Poniéndome con el tema, este será el último capítulo de agosto. Voy a estar con mi novio unos días, pero en septiembre seguiré escribiendo y con suerte acabo esta bestia de fic en el aniversario de los dos años desde que lo empecé. Próximamente también publicaré un one-shot de TWD y YOI. Saludos, y espero que os guste el capítulo aunque sea un puente entre eventos.]


—Así que Kenny ató los cabos desde ti al tráfico de menores y mató a Lobov.

—Seh —Levi contestó con un suspiro. Aún no se lo creía.

Erwin asintió lentamente, girando la cabeza hacia la ventana del carruaje. La luz de la calle incidía en sus ojos claros y en parte de su chaqueta azul de bordes y botones dorados; la versión refinada y formal de su uniforme. Dio una calada a su cigarrillo y expulsó el humo por la boca, sin ver realmente el paisaje de la ciudad de Mitras, mientras Levi deseaba que lo apagase de una vez por mucho más que su ligero problema de claustrofobia en ese transporte. El olor le recordaba a Kenny.

—Nunca pensé que haría algo así —Levi siguió hablando, intentando ser más abierto ahora que debía tantas explicaciones—. Que me... protegería, o vengaría, tantos años después de abandonarme. A veces creo que no le conozco.

Miró a Erwin de reojo, pensando que con él también le ocurría. No sabía la razón por la cual se apegaba a personas que, a pesar de guiarle, nunca era capaz de entender completamente.

—¿Crees que hará algo más? —Erwin preguntó aun mirando afuera—. A solas no me dijo nada aparte de que era mejor mantenerte escondido del ojo público y algunas brabuconadas más.

—Sobre ser tu perro, ¿no? Me sé el cuento —Levi suspiró, pasándose una mano por el rostro. Llevaban unos días de no parar y el cansancio físico empezaba a ser lo de menos—. Kenny nunca hace nada sin pedir algo a cambio, pero tampoco me habría dejado marchar sin decirme al menos lo que quería. Mencionó algo sobre trabajar para él, pero en cuanto le mandé a la mierda dejó de insistir. Supongo que era un farol para hacerme rabiar.

—¿Entonces?

Levi se humedeció los labios, no del todo seguro con su conclusión.

—No quiere nada, pero lo quiere todo. Si mató a Lobov es porque se sentía culpable por dejarme en la calle, así que ahora estamos en paz. Lo único de lo que estoy seguro es que si nos vemos una próxima vez será como enemigos —Asintió para sí mismo, resignado a lo que el futuro trajera si llegaba a vivirlo—. No habrá favores que valgan.

Aunque la espina clavada en su pecho desde hacía años por lo que Kenny le había hecho seguía estando allí, ya no dolía tanto. Supuso que moriría sin conocer el por qué le había abandonado.

—Cuéntame lo del juicio —pidió.

Erwin suspiró con cansancio, pero le hizo caso y finalmente tiró por la ventana lo que quedaba del cigarrillo para prestarle a Levi toda su atención. Normalmente se sentaban uno al lado del otro en sus viajes, pero ese día estaban frente a frente, ambos con la necesidad de acercarse más pero sabiendo bien que no podían. No esa vez. Hablando de trabajo y derivados, eran conscientes de que tenían que dejar los sentimientos a un lado por un rato y alejarse si no querían que su juicio se nublara. Erwin era mucho mejor en eso que él.

Pioneros (𝐒𝐍𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora