33. El infierno

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[NA: Agosto va a ser un poco caótico, ya os aviso por si tardo un poco más de la cuenta en actualizar. Pero no más caótico que este capítulo. Espero que os guste, yo estaré bebiendo café y riéndome maléficamente mientras.]


Los calabozos dejaron de llenarse de susurros de rabia. Allí abajo, los detenidos no aguantaron las quejas de miedo e incertidumbre más que unos pocos minutos antes de intentar llamar la atención de los guardias para que les dejaran salir. Levi se mantuvo quieto y callado en su celda, incapaz de estar sentado pero también de moverse. No solo eran los gritos aterrados de la gente los que los habían alertado; después habían venido las pisadas. Seguramente el resto de criminales creía que se trataba de terremotos, pero él podría reconocer esos temblores hasta en sueños. De hecho, los oía de fondo en la mayoría de sus pesadillas.

El caos se hizo con el cuartel. Ya no eran solo los calabozos ni los chillidos desde fuera, sino que en el mismo edificio se escuchaban correteos a todas partes y órdenes a todo volumen. Levi se acercó más a los barrotes de su celda y desenrolló el pañuelo de su muñeca para inspeccionarla con detenimiento. Era en situaciones extremas en las que sí era capaz de pensar varios pasos por delante. Movió la mano varias veces, girando la muñeca, y comprobó que el dolor no era lo suficientemente fuerte como para impedirle luchar. Pasaría unos días malos si llegaba a vivir para contarlo. Cuando terminó, volvió a enrollarse el pañuelo y se retiró a un rincón de la celda para obligarse a guardar todas las energías que pudiera y que sabía que iba a necesitar si sus sospechas eran ciertas. Su corazón iba a toda velocidad solo por lo que estaba imaginando, por los gritos y por pensar en la forma de prepararse para lo que se iba a enfrentar junto a la preocupación de cómo saldría de los calabozos. Todo, desde el profesor Smith y Kenny a Conrad, a Emily, a Lobov, a ese sitio, pasó a un segundo plano. Lo único que le quedaba como prioridad junto a proteger la ciudad era comprobar que Erwin estuviese sano y salvo. Agarró el colgante con el colmillo en su cuello y respiró hondo.

No pasó un rato largo hasta que Kenny se presentó frente a él, pero se le hizo eterno. Saltó de pie tan pronto como le vio al otro lado de los barrotes y los agarró, pidiendo solo con sus gestos salir de la celda. Incluso el Destripador parecía perturbado por lo que estaba pasando.

—Kenny —Por esa vez, Levi no suprimió la desesperación en su voz. Aquello era urgente y no entendía de orgullos ni de favores—. Kenny, tienes que sacarme de aquí ahora mismo.

—Un titán de sesenta metros ha roto el muro María.

Kenny habló como si no le hubiera escuchado, incluso con cierto temor en la voz, y Levi perdió los nervios porque nunca en su vida le había visto con nada parecido a miedo en la mirada. Sacudió los barrotes con impotencia, aunque no se movieron ni un centímetro ni lo esperaba.

—No me des los detalles, ¡dame la puta llave!

—¿Estás sordo? —Kenny negó con la cabeza, frunciendo los labios—. Ese bicho te matará, y tengo que mantenerte vivo para un juicio.

—Entonces me ocuparé de los demás bichos. Es una situación de emergencia, joder.

—Eres un pequeño suicida, ¿no?

—Kenny, te juro que te cortaré el cuello como no me dejes salir de aquí ahora mismo.

Las palabras estuvieron fuera de su boca mucho antes de que las pudiera controlar. Hacía mucho tiempo que no hablaba de forma tan impulsiva como lo hacía antes, recién salido de la agresividad del Subsuelo, y perder así los estribos con quien menos debería le sorprendió hasta a él. Si hubiera sido cualquier otra persona no le habría preocupado, e incluso le habría amenazado con cosas peores. Pero era Kenny, y Kenny reaccionó con una expresión de piedra que conocía muy bien antes de rebuscar en sus bolsillos. Levi oyó el tintineo de la llave y vio cómo abría la puerta de barrotes de hierro, pero no se movió para apartarse. Kenny le cogió del cuello de la camisa y le estampó contra la pared más cercana, haciéndole gruñir para después alzarle hasta dejarle de puntillas. Sus frentes casi se tocaron cuando amenazó a Levi con una mirada dura.

Pioneros (𝐒𝐍𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora