Richard me deja en mi casa, y se despide con un tierno beso en la frente y una sonrisa.
— Hasta mañana — Digo sin querer que él se valla.
— Hasta Luego — Dice él
Lo miro extrañada, pero no pregunto a qué se refería con
‘Hasta luego’
¿Qué querrá decir?
Le doy un beso en un ojo y me largo de ahí.
Entro a mi casa, y mi mamá está viendo Tv.
—Hola mamá
— Hola Cariño ¿Cómo te fue?
— Bien, fue todo muy lindo.
—Que bueno, ¿Tienes hambre?
— No gracias mamá ahora solo quiero leer.
— Ok, estaré aquí sentada cualquier cosa.
Le doy un beso y me voy.
¡Dios Mío! Estoy muy Cariñosa.
Hasta mi mamá lo encuentra raro, porque me está mirando ceñuda. Le sonrío y subo casi corriendo a mi habitación, me quito la ropa, me doy un baño, y me pongo mi pijama. Que son unos pantis y una franela gigante. Sí… Muy Femenino.
& Me dedico a leer.
Caigo en un sueño profundo, y luego siento algo en mi cama, algo no, es alguien, sin que ese alguien se dé cuenta, tomo el despertador y se lo pego en la cara, y me paro asustada de la cama. Mirando bien quién es que está allí.
Es Richard el muy maldito vino, a eso se refería con ‘hasta luego’. ¡JA! Merecido lo tiene por pendejo.
— Richard ¿Qué diablos?
— Ameet Sigues en Pantis – Dice estudiando mi cuerpo.
Me sonrojo y me pongo unos shorts
— Richard ¿Qué haces aquí?
— Ameet me gustaban los pantis
— ¡Richard Snickolls!
—Quería preguntarte cuando empiezan las tutorías. – Dice muy campante el maldito
— ¿NO PODÍAS PREGUNTAR MAÑANA?
— La paciencia no se me da, Ameet.
— Primero, Vienes a mi casa, sin consentimiento, te metes en mi cama, te llevas un moretón por pendejo, y además me ves en pantis ¡HOY ES MI NOCHE! Definitivamente hoy es mi ¡MALDITA NOCHE!
Richard se hecha a carcajear cómo un maldito idiota
Mierda quiero matarlo.
— Esta bien Ameet me largo de tu casa, de tu habitación a la cual entre sin permiso, me lleve un moretón por pendejo y además te vi en pantis. – Me guiña un Ojo y se, para de mi cama en la que estaba acostado aún.
—¿Quién te dijo que quiero que te vayas?
— Mierda Ameet ¿Estás loca? Primero me dices que entro en tu casa sin permiso, me golpeas y luego me reprochas porque te vi en pantis, ¡Dios! ¿Te sientes bien?
— Lo siento, solo quiero dormir, aunque estás siendo algo idiota, pero mañana te sigo reprochando, Vayamos a dormir, pero me debes prometer que te irás a las 5:30 A.M y cuando te vayas me despertarás.
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Las 2 Caras de Ameet Irons
Подростковая литератураSíntesis Ameet Rose Irons una adolecente de 16 años, latinoamericana, pelirroja de preciosos ojos grises, estatura normal para su edad, pues no es ni alta ni pequeña, regular, se podría decir; Le gusta mucho sentir dolor, dolor físico, cómo dolor...