Bien, Ameet, Seth el Ferrari y yo…
Irónico, yo que pensaba que Ameet conocería a Seth en una situación ¿Distinta?, Digo no es que pensara, en azúcar, flores y muchos colores para cuándo se conocieran, sabía que esto podía pasar… Pero llegar a los extremos en el que yo tenga que compartir a mi mujer con mi mejor amigo ¿Dónde están las cámaras para el programa en MTV? RichardShore O Keeping up with the Snickolls, sería más realista que esta mierda.
Primero me ‘‘Enamoré’’ de mi hermanastra ¿Es acaso eso normal?...
Luego a mi novia le gusta mi mejor amigo… Aunque con toda razón soy un hijo de puta, y Seth es lo opuesto a mí…
Y vamos, podemos entender a Seth perfectamente en la atracción que siente hacia Ameet, ella es una belleza pelirroja de las que ya no hay, además no es ninguna puta que le abre las piernas al primer idiota que está cerca de ella cómo una perra en celo.
*Irónico, tú fuiste el primero ¿Eso no te hace idiota?*
Cállate maldita consciencia del demonio.
— Llegamos — Dije al llegar a la puerta del restaurante.
Tuve que pedir dinero a mi padre para poder pagar mi cena y la de Ameet…
Papá me obligó a pagar la de Seth pss… Ya que según él yo lo metí en esto.
¡¡NADIE LE OBLIGÓ A SENTIR ATRACCIÓN!! Ahora tenía que luchar por ella… Cómo lo haría yo.
Lo haré cómo la primera vez… Y si no funciona la secuestraría la amarraría a una cama la haría mía y después de una sección algo sádica de sexo salvaje la haría cambiar de opinión… ¿No es violación si los dos están dispuestos verdad?
Bajé del auto rápidamente, ganándole algo de ventaja a Seth, me dirigí a la puerta de Ameet, la abrí y la agarré de la cintura hasta llevarla a la puerta cómo aquella vez en la heladería, le di las llaves al joven que parquea los autos y le guiñé un ojo dándole permiso de hacer lo que quiera con él.
— Qué esté cuándo salga. — Dije sonriendo, el joven asintió con una sonrisa feliz.
Seth se puso del otro lado de Ameet nos miramos, sonreímos y entramos al restaurante.
Es elegante, todo es muy cálido, los pisos son de madera, una gran lámpara de araña en diamante que iluminaba el local, con una botella y una rosa roja en cada mesa, las sillas son negras en metal con un pequeño forro en blanco, las mesas son de cristal con un mantel negro cubriendo esta, había un pianista al lado de una escalera en espiral donde habían más personas sentadas, una terraza gigantesca con una hermosa vista al bosque.
— ¿Puedo ayudarles en algo? — Preguntó una rubia algo ochentona muy elegante y con una sonrisa más falsa que una colegiala virgen.
— Tenemos una reservación. — Dije serio y con una eja alzada.
La mujer se mordió el labio mirándome de arriba abajo puse los ojos en blanco, luego miró a Seth de la misma forma algo atrevida.
Enserio, ¿Dónde están las cámaras?
Ameet carraspeó un poco llamando la atención de la mujer que la miró cómo si fuese lo más horrible del mundo.
— Podría buscar nuestra mesa. — Le ordenó en un tono algo frío.
Hice hasta lo imposible para reprimir la risa, hasta celosa es hermosa y divertida, miré a Seth y pude ver diversión en sus ojos y sus labios se curvaban en una ligera sonrisa.
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Las 2 Caras de Ameet Irons
Teen FictionSíntesis Ameet Rose Irons una adolecente de 16 años, latinoamericana, pelirroja de preciosos ojos grises, estatura normal para su edad, pues no es ni alta ni pequeña, regular, se podría decir; Le gusta mucho sentir dolor, dolor físico, cómo dolor...