Capítulo; 6

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Son las 8 Me levanto de la cama, y Onika, ya no está en ella, hay una nota en la almohada donde ella durmió, dice;

Ameet Mi mamá paso a buscarme

Mañana puedes venir a mi casa, recuerda es Sábado 19, Nos toca pijamada.     –XOXO Tú Bitch 2

No tengo ánimos de pijamada, me quedaré en casa le enviaré un mensaje luego.

Bajo la escaleras, y veo a mi mamá viendo la televisión.

— Hola Mamá

— Hola Ameet

—¿Cómo te fue en el trabajo?

Ella Alza una Eja.

— Tu ‘Novio’ Richard fue a buscarte en mi trabajo.

— Ya no soy su ‘Novia’ Mamá, Digo aunque nunca lo fui, pero no somos ni amigos ahora, o al menos  eso creo yo.

— Ay Ameet, en su cara se veía que estaba preocupado.

— No te dejes llevar por su cara, ni por sus ojos, es su maldito encanto, y todo en él es una farsa...—Digo Dolida mientras me pongo de pie por una manzana en la nevera.

Mi madre me Observa y yo subo a mi habitación, y cuando entro me siento en la cama a comer, me voy a dar un baño y me pongo mi femenina pijama y me acuesto a dormir, estoy muy, muy estresada… 20 Minutos después siento un cuerpo en la cama, 10 segundos después me doy vuelta para mirar a esa persona, es quien imaginaba Richard Snickolls, lo miro con dulzura y el me mira sin entender la situación.

 

— Snickolls – Le digo Cautelosa

— Irons –Dice en un suspiro.

Lo miro confusa.

— ¿Qué hace aquí?

— Ameet ¿Por qué dejas de tutearme? – Pregunta Dolido.

— Pues porque así se les hace a los desconocidos. ¿Quisiera salir de mi casa? – Digo Dulce. Consciente de que Ameet está de lo más Victoriosa y ahora mismo está dando saltitos de Emoción.

Él Me mira cómo si no pudiera creer lo que le digo

— Bien. – Dice y se dirige a la ventana.

— Snickolls – Digo entrando en momento de debilidad.

— Irons – Dice

— No Olvide poner la escalera donde la encontró – Digo con tono frío.

Él vuelve a entrar a mi habitación exasperado.

Se Acuesta encima de mí, y me mira con ojos impenetrables.

— Primero peleamos cómo si tuviéramos 20 años de casados, no sé porque peleamos, luego vuelvo a tu casa por una explicación, me mientes, luego terminas con nuestro trato, y ahora finges que no me conoces. – Dice con los ojos aguados

No digo nada estoy muy triste y el me quita la respiración en esta posición.

– Ameet, No me pienso ir de aquí, dormiremos, cómo lo hicimos ayer, aunque mañana no me conozcas.

Él se quita de encima de mí, y se acuesta a mi lado, yo le doy la espalda y el entra una mano por mi camisa, y yo rápidamente se la quito de mi cuerpo, y escucho su jadeo de que eso no le gusto, bien, no tenía que gustarle luego, él pone su brazo en mi cadera y me apega más a él, y entrelaza sus piernas con las mías, y yo empiezo a llorar en Silencio, esto es doloroso para mí, él al parecer no lo ha notado, o tal vez sí y no hace nada, no lo sé.

Las 2 Caras de Ameet IronsWhere stories live. Discover now