Son las 8 Me levanto de la cama, y Onika, ya no está en ella, hay una nota en la almohada donde ella durmió, dice;
Ameet Mi mamá paso a buscarme
Mañana puedes venir a mi casa, recuerda es Sábado 19, Nos toca pijamada. –XOXO Tú Bitch 2
No tengo ánimos de pijamada, me quedaré en casa le enviaré un mensaje luego.
Bajo la escaleras, y veo a mi mamá viendo la televisión.
— Hola Mamá
— Hola Ameet
—¿Cómo te fue en el trabajo?
Ella Alza una Eja.
— Tu ‘Novio’ Richard fue a buscarte en mi trabajo.
— Ya no soy su ‘Novia’ Mamá, Digo aunque nunca lo fui, pero no somos ni amigos ahora, o al menos eso creo yo.
— Ay Ameet, en su cara se veía que estaba preocupado.
— No te dejes llevar por su cara, ni por sus ojos, es su maldito encanto, y todo en él es una farsa...—Digo Dolida mientras me pongo de pie por una manzana en la nevera.
Mi madre me Observa y yo subo a mi habitación, y cuando entro me siento en la cama a comer, me voy a dar un baño y me pongo mi femenina pijama y me acuesto a dormir, estoy muy, muy estresada… 20 Minutos después siento un cuerpo en la cama, 10 segundos después me doy vuelta para mirar a esa persona, es quien imaginaba Richard Snickolls, lo miro con dulzura y el me mira sin entender la situación.
— Snickolls – Le digo Cautelosa
— Irons –Dice en un suspiro.
Lo miro confusa.
— ¿Qué hace aquí?
— Ameet ¿Por qué dejas de tutearme? – Pregunta Dolido.
— Pues porque así se les hace a los desconocidos. ¿Quisiera salir de mi casa? – Digo Dulce. Consciente de que Ameet está de lo más Victoriosa y ahora mismo está dando saltitos de Emoción.
Él Me mira cómo si no pudiera creer lo que le digo
— Bien. – Dice y se dirige a la ventana.
— Snickolls – Digo entrando en momento de debilidad.
— Irons – Dice
— No Olvide poner la escalera donde la encontró – Digo con tono frío.
Él vuelve a entrar a mi habitación exasperado.
Se Acuesta encima de mí, y me mira con ojos impenetrables.
— Primero peleamos cómo si tuviéramos 20 años de casados, no sé porque peleamos, luego vuelvo a tu casa por una explicación, me mientes, luego terminas con nuestro trato, y ahora finges que no me conoces. – Dice con los ojos aguados
No digo nada estoy muy triste y el me quita la respiración en esta posición.
– Ameet, No me pienso ir de aquí, dormiremos, cómo lo hicimos ayer, aunque mañana no me conozcas.
Él se quita de encima de mí, y se acuesta a mi lado, yo le doy la espalda y el entra una mano por mi camisa, y yo rápidamente se la quito de mi cuerpo, y escucho su jadeo de que eso no le gusto, bien, no tenía que gustarle luego, él pone su brazo en mi cadera y me apega más a él, y entrelaza sus piernas con las mías, y yo empiezo a llorar en Silencio, esto es doloroso para mí, él al parecer no lo ha notado, o tal vez sí y no hace nada, no lo sé.
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Las 2 Caras de Ameet Irons
Teen FictionSíntesis Ameet Rose Irons una adolecente de 16 años, latinoamericana, pelirroja de preciosos ojos grises, estatura normal para su edad, pues no es ni alta ni pequeña, regular, se podría decir; Le gusta mucho sentir dolor, dolor físico, cómo dolor...