Subo al cuarto donde están Richard y mi mamá, que es el cuarto de invitados, Richard me mira, al parecer está sudando, parece que eso duele después de todo, Richard no es de esos debilluchos, de seguro si fuese yo la que estuviese allí aguantando a mi mamá exprimiendo una herida estaría cagándome allí en esa misma cama.
Sonrío al entrar a la habitación, él me devuelve la sonrisa y mi mamá al parecer le dio por prender la radio, fue a prenderla y sonaba en ese momento. Todo cambio – Camila. ¡MIERDA!
Richard y yo, tragamos saliva y nos quedamos mirando…
Yo empiezo a cantar, muy bajito, casi susurrando, y al parecer él también se la sabe, y empieza a cantar también muy bajito, mi mamá termina y nos deja solos en cuarto en lo que acaba la canción cuando se termina. Seguimos mirándonos.
– Podría pasar el día entero mirándole señora Snickolls.
– Deja de decirme así, ni que estuviera casada contigo.
En sus ojos brilla diversión y cariño.
– Me gustaría que eso pasara en un futuro.
– Pídeselo a Chelsea, total por ella te acercaste a mí. – Digo resentida y mirando al suelo.
– Ameet Rose Irons – Me dice levantándome la cara que pueda mirarlo – No soy tu novio porque tú no quieres terminar con Endry, porque sí no tuviera está herida, y Chelsea estuviera aquí parada mirándonos, estarías tumbada en esta cama dándome un beso, culo bonito. – Dice con mucha dulzura.
Mierda no sé cuándo me gusta más Richard, sí cuando está dulce y cariñoso o cuándo está juguetón y salvaje… Es cómo descubrir a otra persona dentro de él…
Mi subconsciente me mira con sus lentes de vieja pelirroja y me dice, Recuerda que tú y él son dos personas dentro de un cuerpo, estúpidas, a las 2 a ti Ameet, y a ti también Rose.
Me quedo mirando a Richard aun no puedo creer lo ha dicho, él se dedica a sonreír y a mirar el techo. Y de repente aparece Endry por la puerta, y yo doy un brinquito por el susto que me dio, y Richard empieza a Carcajear cómo loco, Oh Dios mío. Endry nos mira sin entender la situación.
– Hola Enana.
– Hola Endry – Digo aun con la respiración un poco entre cortada
– ¿Qué tal? Endry – Dice Richard Con sarcasmo.
Endry le sonríe
– Bien Richard, estoy mejor casi no grité tanto cuando la señora Irons me limpio la herida.
– Yo no grité – Dice Richard con una sonrisita y yo empiezo a carcajear, ¿Qué no gritó pero creo que eso lo escuchó todo Latinoamérica
– ¿Estás seguro Snickolls? Porque yo te oí, y estaba en la cocina – Dice Endry Alzando una Eja y yo sigo muerta de la risa.
Richard empieza a reír también y al cabo de segundos estamos todos riéndonos, y al cabo de 2 minutos estamos en silencio mirándonos los unos a los otros.
Es bastante incomodo a decir verdad.
– Ameet no le dirás a Endry lo que hablábamos – Dice Richard el muy cabrón.
– ¿Qué estábamos hablando?
Richard Alza una Eja.
Oh, Oh... Quiere que termine con Endry.
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Las 2 Caras de Ameet Irons
Dla nastolatkówSíntesis Ameet Rose Irons una adolecente de 16 años, latinoamericana, pelirroja de preciosos ojos grises, estatura normal para su edad, pues no es ni alta ni pequeña, regular, se podría decir; Le gusta mucho sentir dolor, dolor físico, cómo dolor...