Cap.39 Π♦"Reunión"-p.3♦Π

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Asintió y buscó algo en el bolsillo de su pantalón negro. Otra carita de terciopelo, fue lo que sacó de su bolsillo. La abrió con cuidado, mostrando un anillo, con un diamante negro en medio y también en el aro, con detalles en oro.

Ambos nos miramos a ojos. Él me tomó de la nuca y dejo un beso en mi frente.

¡Sé la esta cobrando!

-Podrías dejar al banco en quiebra, Jayden -Le advertí.

Me haló de las manos hasta un gran espejo en la habitación, apenas me daba cuenta de que existía. En ese espejo vi mi imagen y detrás de la mía, el de Jayden, dejando sus manos posar en mis caderas y su cabeza descansando en la curvatura de mi cuello, con sus ojos fríos clavados en los míos a través del reflejo de ambos.

-Espero no tener que dejar lapsos entre socios -Yo reprimí una carcajada y él dejo un beso en mi cuello- ¿Vamos?

-Vamos -Afirmé.

Aún tomados de la mano salimos de mansión, fuera se encontraba un Bentley continental. Jayden abrió la puerta del copiloto del auto, ayudándome a subir.

-Colocate el cinturón de seguridad -Me ordenó.

Cerró la puerta, dio la vuelta al auto y acto seguido, subió al volante.

Me lanzó una mirada estricta, al darse cuenta de que aún no me abrochaba el cinturón.

-No arrancaré hasta que no te pongas eso -Replicó.

-Bien, ya -Me abroché el cinturón.

Asintió, poniendo en marcha el coche.

Sin duda el camino hasta aquella reunión, es bastante largo y también a las afueras de la ciudad.

1 maldita hora había sido el tiempo del camino, más hubiera sido, si Jayden no aumentaba la velocidad.

-Hemos llegado -Anunció.

Se bajo del coche, la rodeó y abrió la puerta a mi lado, me ofreció su mano, la acepté con gusto.

Apenas me había comenzado a fijar en aquel lugar, es gigantesco, es una gran mansión, con capacidad de unas cinco mil personare, literal.

Al llegar a la puerta, dos hombres, trajeados de negro, bajan la cabeza, como si fuera una reverencia y abren la gran puerta de dos piezas.

-Gracias -Dice Jayden en un tono inaudible, aunque si fue posible escuchar para esos hombres y yo.

Pasamos la puerta, y atravesamos un gran pasillo, muy lindo, si hace se deduce, otra puerta de dos piezas se encontraba en frente de nosotros, esta se encontraba a medio abrir, Jayden y yo la cruzamos.

Al entrar, un suave vals se escuchaba de fondo, las personas platicando era lo más notable. Pero todo cambio, cuando se dieron cuenta de nuestra presencia. Todas las miradas se dirigían a nosotros ó mas bien...¿A mí?

Una sonrisa de arrogancia y superior inundaba el rostro de Jayden.

Lo que era un simple agarré en mis manos, se convirtió en una cadena en mi cintura. Literal.

Las personas continuaron sus conversaciones.

Jayden me llevo junto a él, saludando a varios hombres, unos tantos años mayores que él, algunos me sonreían al saludar, otros me comían con la mirada ó simplemente me aniquilaban. Las esposas de la mayoría de estos señores, eran las únicas agradables en este lugar. Después todo lo que habían eran miradas de envidia, por las chicas de mi edad ó unos años mayores que yo, evidentemente operadas. Si señores, no podían faltar las operadas.

Corrección ¡Operadas no Alex, sacos de botox-silicona! ¡¿Esta fue la educación que te di Alex?!

Gritó mi consciencia, con toda la razón del mundo.

Jayden se había ido a hablar con unos socios de la empresa de sus padres. Yo me había quedando con la amable señora. Rosetti.

-Espera aquí hija, vengó en unos minutos -Se disculpó, yo asentí.

Duré unos minutos observando el ambiente, hasta que una pelirroja se sienta a mi lado.

Me mira con aires de ser superior, siendo simplemente un peón más en el tablero.

-Entonces tu eres....-Hizo una pausa esperando a escuchar mi nombre.

-Alex White -Dije con firmeza, dándole a demostrar que no me da miedo.

-Hmm. Con que Alex White, una puta más, sirviendo para el gran Diablo -Dijo con una sonrisa de hipocresía.

-No soy como tú cariño. Yo tengo mi valor, no soy un juguete -Contraataqué.

-Me gusta tienes el coraje que se debe de tener, para estar involucradas con alguien como Jayden -Esta vez su rostro había cambiando con una sonrisa y una mirada sincera.

-¿Por qué cambiad de actitud conmigo? Primero vienes dices puta en mi cara y luego vienes a decir que te agrado -Dije alterada, pero manteniendo el tono de voz bajo- ¿Y cómo que para estar con alguien como él?

-Ay cariño, soy igual que tu. ¿No vez? somos las únicas sin silicona aquí, no estoy en tu contra, sólo quería ver si eras igual a las demás. Y...¿No sabes a que se dedica Jayden? -Dijo mirándome fijamente.

-Claro, es hijo de los empresarios más famosos de Italia -Dije obvia.

-No Alex, aún no conoces el verdadero él....

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¿Qué será eso que Alex no sabe de Devil?

Voten★ &comenten.

Cap.#39

Illegali di Diamanti #RedQueenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora