Cap.62 Π♦Adoptar un bebé♦Π

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Jayden notó mi tristeza, sabe que para mi este tema, es algo...abrumador.

No culpé de nada a la señora Jennette, ella no sabe mi situación, apenas me conoce. De todos modos según me contó Jayden, que la crisis le afectó en algunos cosas, como que confunda nombres, así como hace un rato, al llamarme "Alessa", que diga algo raro ó simplemente tener aquél sexto sentido en ella, que es decir algo que será cierto. Siempre fue así.

Forjé una sonrisa, ó más bien hice una mueca.

-No señora Jennette, no estoy embarazada -Aclaré con la sonrisa fingida en los labios.

-Um...- Fruncio el ceño y me observó severa, segundos después sonrió- Si así lo dicen...sólo les digo fui doctora por muchos años, y partera en un campamento militar, sé distinguir el rostro de una mujer embarazada, su mirada lo dice todo, el brillo en sus ojos. Sobre todo soy madre.

No era su intención causar dolor en mí. Pero, sus palabras querían atacar a mis ilusiones, y es imposible, no podría ilusionarme.

Nos despedimos de la señora Jennette, tenía terapia y pues la hora de visitas había culminado.

Hace un rato vamos de camino, no he vuelto a dirigirle la palabra a Jayden, ando en las nubes, sumergida en mis pensamientos, mientras observó tras la ventanilla del auto, los iluminados y coloridos edificios de Tokio.

¿Por qué? ¿Por qué mi vida debía de ser tan miserable? ¿Por que tales castigos? Este dolor me consume, poco a poco, aprovechando cada vez más mi sufrimiento, para así lograr destrozarme. ¿Y a esto se le llama "Vida"? Muy imposible creerlo, pero esta es la cruz que me tocó cargar.

-Barbie...pequeña. No llores -Colocó si mano sobre la parte de mi muslo descubierto y dejo pequeñas caricias.

Entonces salí del trance en en el que me encontraba, dándome cuenta de que dos lágrimas traicioneras, bajaban por mis mejillas.

Con la palma de mis manos quité las lágrimas, y clavé mi mirada sobre él, sus hermosos ojos que se hacen verdes grisáceos, pero realmente son azules, se conectaron con los míos, y una pequeña sonrisa apareció en mis labios.

¿Podría yo vivir sin la felicidad de ser madre, sólo con ver esos hermosos ojos? ¿Sólo con saber que él está a mi lado?

Pero...¿Existiría para nosotros un "felices para siempre"?

DEVIL.

Desde que mi tía dijo esas palabras.

Felicidades...será un niño.

La mirada de Barbie cambio, ya no tenía ese brillo resplandeciente, aunque no dejo de existir.

Esta metida en sus pensamientos, desde aquél incómodo momento no me ha dirigido la palabra. Entiendo su dolor, no es muy fácil para ella saber que no podrá ser madre.

Nunca había pensado en tener hijos. Siendo sincero para mi no tener hijos, sería lo mejor. No me vería con hijos, pues no me lo he propuesto, ni pienso. Sé que se escucha egoísta de mi parte, ya que un hijo completaría de felicidad de la Alex, pero la mía no, no me siento listo como para tener un hijo, sería algo en mi contra para mis enemigos, prefiero evitar aquello, a ver a mi propia sangre sufrir.

-Barbie... Todo tiene un propósito en la vida. No tienes por que sentirte mal, impotente contigo misma. Yo te amo te todas maneras y siempre estaré a tu lado -Acaricié si mejilla.

Sé estremeció un poco con el tacto de mi piel, y yo agradezco ser el único capaz de causar esas emociones en ella.

ALEX.

Siempre.

Esa palabra se repitió en mi cabeza por unos segundos, que parecieron años.

-¿Y sino existe un, siempre?

-Claro que si existirá, así creas que no. Nadie, -Enfatizó- nadie, ni nada logrará alejarme de ti por mucho tiempo. Sólo la muerte...y ya sabes lo que dicen...-Sonreí por sus palabras y le interrumpí.

-Hierba mala nunca muere -Complete sus palabras.

-Así es. También... Si quieres cuando termines el instituto adoptamos un bebé -Lo estaba diciendo en serio.

-¿En serio? -Asintió- Si, si, si. De acuerdo.

El entusiasmo y felicidad, son picad palabras para mi en estos momentos.

-¿Sabes?

-¿Qué?

-Tengo hambre -Me quejé.

-Ay que quejosa te has vuelto -¡Él también se ha quejado!

-¡Igual tu lo has echo! -Le grité.

-Pues vamos a algún restaurante -Comentó, desviándose de la ruta a la mansión.

-¡Espera! -Rodó los ojos y se detuvo- No quiero comer pescado crudo.

Hice una mueca.

-No tendrás que comer pescado crudo...

Minutos después y nos encontramos frente a un inmenso restaurante, Jayden me tomó de las manos y entramos.

Una vez dentro me volvieron las arcadas, apreté más su mano.

-¿Te encuentras bien? -Preguntó algo preocupado.

-Si son sólo arcadas, ya sabes, seguro es por los distintos olores a condimentos -Le respondí.

-Si quieres nos podemos ir.

Negué, él asintió y nos llevaron a una mesa apartada. Observamos el menú.

-Jayden. Por favor no escojas sushi -Le pedí.

-Como digas -Dijo algo extrañado.

En optamos por comer Tonkatsu.
Y de postre unos deliciosos daifukus. ¡Dios no me cansaría de comer tal postre!

Estoy sentada entre las piernas de Jayden, ambos con una copa de vino en manos, conversando y sin faltar alguna caricia ó besos.

Quería sacarme una duda de la cabeza.

-Jayden..

-¿Si Barbie?

-¿Querías tener hijos antes de saber de que soy estéril? -Un nudo se formó en mi garganta a decir esa palabra.

-No. Nunca -Respondió en un tono algo frío e indiferente.

Reservé mis palabras, tratando de ocultar el dolor que generaba en mi su respuesta.

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#Sad 😢

¡Hola! ¿Cómo les va?

Voten★ &comenten.

Besos!!!

Cap.#62.

Illegali di Diamanti #RedQueenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora