Cap.44 Π♦Desmayo♦Π

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-Me vale madres lo que digas. ¿Quién tomaría consejos de alguien como tú? Nadie. ¿Sabes lo que le pasa a esos que se meten en nuestros asuntos? —Dije aún bajo la atenta mirada de Alex.

-Ella aún no es nada. Sólo es una más, vuelvo y te lo digo. En este mundo ella es libre, podrá ser diferente en carácter, de eso estoy seguro, pero para tus enemigos, ella es un objeto que utilizarán en tu contra, tus enemigos. Ya todos vemos, es tu punto débil, así no lo creas —Dijo Giordano.

Mi sangre comenzó a herir, de sólo pensar que podrían utilizar a Barbie, para hacerme daño.

-Lo tratarán de hacer muchos, pero no tú —Dije furioso.

Levanté mi arma apuntándole a él, justamente entre ceja y ceja.

Aún llevaba a Barbie agarrada de la cintura, este me observaba sin poder creer aquello.

No quisiera que ella estuviera presente en un momento como este. Apenas nos estamos conociendo, y ni siquiera sabe la mitad de quien soy verdaderamente.

Estuve a punto de disparar cuando, unos 15 hombres más se aparecieron en el jardín y apuntaban hacia los míos.

-Ya rindete Hijo, no tienes salida alguna y no te gustaría que tu "Novia" —Hizo comillas en el aire— muera ¿No?

Siendo realista nunca me he dado por vencido en algo, esta no será la excepción. Pero luego me la cobraré. No es el momento como para armar otro desastre, cierto que mis hombres están mejor preparados, de todas maneras no me voy arriesgas a que algo le pasé a Alex. Sólo por ella.

-De esta no te salvarás Giordano, ya verás —Advertí.

Me di la vuelta. Y antes de quedar completamente dándole la espalda a él, apreté la cabeza de Barbie contra de pecho, así no le afectaba el sonido del arma al disparar.

Y así lo hice disparé, en su hombro izquierdo y también otro a su pierna derecha. Con esto perdió el equilibrio y cayó en cuestión de segundos a la piscina, detrás de él.

Sus hombres no atendieron a hacer nada en mi contra, mucho de ellos están hay por dinero, otros lo odian. Sólo  se dedicaron a sacar a su "jefe".

-¡Ya te lo advertí Giordano, no te metas con lo mío ó pagarás las caras consecuencias! —Grité al entrar otra vez al salón.

Todavía llevó a Alex a mi lado, mientras la abrazo. No ha dicho nada, sólo camina junto a mi, aunque es notable que su mente esta en otro lugar.

Las personas que aún estaban en el salón, no se atrevieron siquiera a levantar la mirada.

Me detuve en medio del salón y solté a Alex, quedando sólo a centímetros de ella.

-Como sabrán todos los presentes aquí, saben en que consiste esto, y pues si hay alguno que no sepa lo que sucede. Pues lo único que tiene que hacer es callar, ustedes nunca vieron nada, si me entero de que alguno de ustedes habló, los buscaré uno por uno y les cortaré la lengua, así no vuelven a hablar sobre asuntos —Dije con voz firme y ronca.

-Vamos Alex, tenem.....—No terminé de hablar, pues Alex se había desmayado en mis brazos.

La observé por completo, estaba pálida.

-¡Luka, vámonos! —Grité.

Tomé a Barbie como si fuera una princesa, en mis brazos.

Salí a paso rápido, con Luka detrás caminando.

Llegué al auto, Luka abrió la puerta trasera y recosté a Alex en los asientos.

-¿Estás preocupado? —Preguntó Luka.

Cerré la puerta.

-No —Dije cortante.

-Como digas.

No quería aceptarlo. Pero si me preocupaba.

¿Qué podría tener ella? ¿Se habrá asustado? Es obvio que yo soy el causante de aquello.

ALEX.

Estaba parapléjica por la situación. ¿Qué carajos pasaba aquí?

Caminaba junto a Jayden, ó quien sea que fuese él. Mi cuerpo estaba en el mundo y mi mente en otro lugar, siendo perturbada por la situación.

El sonido leve del disparo, se transmitía en mi cabeza una y otra vez, el cuerpo callendo a la piscina, de ese hombre estaba grabado en mi mente.

Escuché atentamente la palabras de Jayden.

¿Sería el capaz de hacerme daño?

¿Qué pasaba?

¿A qué asuntos se refiere?

Entonces el rostro de Christian se apareció en mi mente, miré de un lado a otro y era visible su rostro, en ambos lugares. Jayden me dijo unas palabras las cuales no escuché, miré por última vez al fondo del salón, un tremendo dolor se instaló en mi cabeza y cerré los ojos por completo.

Quería quedarme en un sueño profundo, del cual no despertar. Olvidar todo lo que pasara a mi alrededor.

Rodé el auto y subí al asiento del piloto, encendí el auto y arranqué camino a la mansión.

Una vez en la mansión, tomé a Alex en mis brazos, subí las escaleras, entré en mis aposentos y la dejé sobre la cama con cuidado. Me acosté junto a ella y contemplé su rostro.

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Besos!

Cap.#44

Illegali di Diamanti #RedQueenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora