Cap.72 Π♦Graduación♦Π

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Maratón-10/?

DEVIL.

Terminé de tomarme el vodka y lancé el vaso contra la pared, ocasionando un estruendo. Odio estar lejos de ella pero, mierda todo lo que es valioso para mi, siempre termina lejos ó sin vida, y esto es lo último que quiero para Barbie, y mi hijo. Prefiero dejarlos, a estar junto a ellos y que pase lo peor. Estarán mejor sin mi.

Las palabras de Barbie, han quedado grabadas en mi mente:

¡Eres un maldito cabrón, sin escrúpulos, que no sabe que carajos quieres en su vida!

Ella tiene razón, soy un pendejo sin corazón. Un maldito cabrón. No sería un buen padre, por estas razones nunca pensé en tener hijos, sería un completo mal ejemplo, y ese Ángel que esta en su vientre estaría en peligro estado junto a mi.

Tiro de mi cabello, frustrado. Ahora si estoy acabado. ¡Joder! ¿Por qué? Ahora ella me odio, no querrá volverme a verme, lo dijo. Aún puedo escuchar sus palabras con desprecio, su mirada ardiendo en llamas por la rabia. Su actitud me ha dolido, si este soy yo, me la puedo imaginar a ella.

ALEX.

Bajo las escaleras con cuidado y despacio, abajo me encuentro a la señora Concetta.

-Buenos días mi niña -Sonríe.

Su sonrisa es una de las más sinceras y llenas de cariño, que han podido ver mus ojos.

-Buenos días Concetta -Tomo asiento en uno de los sofá- ¿Ha visto a Jayden hoy? -Aclaro mi garganta.

-No pequeña. ¿Qué le sucede? Sus ojos tienen un brillo especial peto, su rostro se muestra triste y cansado -Toma asiento a mi lado.

Yo me acerco más a ella y me recuesto en su pecho, ella acaricia mi cabello con ternura, es muy amable, es como la abuela que toda persona desea tener.

-Tenía razón señora. Si...si estoy embarazada -Contesto a su pregunta en un susurro.

-¡Felicidades mi niña! ¡Es una bendición! -Dice alegre por la noticia.

En cambio al notar el poco de tristeza en mi rostro se detiene.

-¿Todo bien señorita?

-Algunas cosas. Jayden no lo tomo muy bien y lo eché de la mansión -Espeto.

Si estoy cambiando de emociones muy rápido.

-Ya pasará, ya verá. Él siempre tiende a ser por impulso, comienza a hablar, para luego analizar sus palabras y acciones -Asiento, ojala fuera así- ¿Ira a la escuela?

-No por esta semana tomaré las clases desde casa -Me pongo de pie para ir a la habitación- Gracias.

(Dos semanas después)

Han pasado dos semanas desde que se ha ido, ó mejor dicho lo eché.

Mi sufrimiento crece cada día más, por momentos estoy nerviosa, temo de que algo le ocurra a mi hijo. He prohibido la entrada ó salida de alguien sin mi autorización. Unos días atrás llegaron más hombres a proteger la mansión.

He vuelto a ir al instituto. Me he desmayado y al llevarme a enfermería, se dieron cuenta de mi embarazo, todos lo recibieron de buena manera, a más no poder el viernes pasado al entrar a mi última clase, tenían una fiesta planeada. En cambio no siempre todo sale bien, las puristas se lo han tomado como crítica, a diferencia no me importa, mi hijo es más especial e importante que sus estúpidos comentarios.

Estoy metida siempre en mis aposentos, mis ojos se mantienen llorosos.

Me pongo de pie frente al espejo y observo mi reflejo me veo horrible, no parezco estar embarazada, sólo es obvio por el bulto en mi vientre. Lanzó un cofre de cristal contra el espejo, me sentía impotente, seguía amarrada a él, después de tanto, es insoportable querer odiarlo y no poder, por que tu corazón no lo permite.

Illegali di Diamanti #RedQueenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora