XIV: UNA DANZA DE VENADOS Y TIGRES DORADOS

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Jin terminó de menear la cuchara cuando el color clásico del café se presentó, lamió el cubierto para comprobar el sabor espeso, y cuando se le amargó la lengua, se dio cuenta que estaba listo. Tomó ambas tazas y se colocó junto a Marina ofreciéndole una, ella estaba lo suficiente centrada en su computadora como para no mirarlo. Aún cuando tomó el recipiente y bebió, la temperatura elevada de este la hizo despertar y se giró a verlo intentando ignorar la nueva herida en su lengua.

Estaban en la casa de los Bahía mientras los trillizos brincaban y jugaban a sus espaldas, incluso invitaron a Jin a unirse, quien los rechazó de la forma más amable que encontró.

— ¿Encontrasteis algo interesante? — indagó él, pero ella negó con la nariz arrugada.

— Intenté recrear los puntos que te dio el tu papi en Google Maps.

—¿Y?

—Forman un puto corazón.

Marina dio una vuelta a la laptop para que él pudiera distinguir lo que había logrado formar en un mapa que los puntos se encontraban en todo el mundo y el pico del corazón concluía en el medio del océano y el otro en uno de los polos. Marina tenía algunas paginas abiertas con nombres de ciudades donde el corazón cubría.

Mirando el corazón en la pantalla y las palabras del Amor, la primera palabra que se le vino a la mente fue Celta. Le pidió a Marina que buscase algo relacionado a corazones celtas y ella accedió tecleando con velocidad. Jin dirigió su mirada hasta su habitación donde consideró que en su diario podría algo ayudarle, por lo que se alejó sin avisar y regresó hojeando las notas en tela y papel amarillo. No todas eran demasiado claras para Jin, pero hubo algo que pronto le llamó la atención, los dibujos mostraban de manera clara la figura de ambos entes tal y como Jin las había mostrado a sus Ari cuando no entendía nada; Parecían estar en la disputa de siempre, pero algunas de las notas que logro entender mencionaban un lugar donde fue la primera pelea de ambas y donde aquel extraño pero común odio, había nacido, y donde sobre todo, se bautizaban a los Cosmos.

Se acercó a Marina y le mostró las notas, quien las observó por largos minutos hasta que logro descifrar los extraños símbolos que pronto se volvieron letras. Marina no dijo nada y comenzó a teclear en su laptop sin parar, Jin solo se inclinó un poco para poder leer lo que ella había encontrado.

— Si en el mapa agregamos los nudos celtas al corazón — susurró ella acomodando otros pines.

Jin se inclinó un poco más sobre ella y señaló las iniciales de cada lugar que se señalaba, a lo que ella asintió anotándolas todas con la esperanza de ciertamente formar alguna palabra lógica. Jin miró las letras y decidió acomodarlas basándose en el orden con el que se mostraban y luego en contra de ese orden.

Entonces la primera palabra coherente surgió cuando el navegador arrojó un resultado especifico. Marina giró la pantalla a su conocido con una sonrisa brillante. Killian jamás había visto una expresión tranquila o optimista de Marina, por lo que, al ver su sonrisa, no pudo evitar sonreí que también.

El navegador les mostró las imágenes y Marina pronto reconoció la cercanía a su tierra natal. Con bosques frondosos, pinos altos y venados incluso en el nombre. Nunca lo había visitado, pero siempre escuchó que era una de las maravillas de su estado, la tierra de los venados y los tigres, que estaba en el estado de los prados verdes por al agave y el tequila como brebaje que ardía en la garganta.

— Eso no está muy lejos, sobre todo por las sombras — aseguró Jin —, pero ¿Cómo estamos seguros de que es el lugar correcto? Fue una palabra al azar con un método al azar.

Océano de Huesos {Los Dones de la Muerte I}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora