Océano de Huesos {Los Dones de la Muerte I}

DE LAS FLORES, CARCAJADAS, CORONAS DE ESPINAS Y COSMOS DE LA MUERTE...

En el universo existen miles de planetas, realidades y gobernantes poderosos con el poder para crear todo lo que desean. En la zona platina del Universo los Dueños del Cosmos coexisten para la protección, vigilancia y planeación de los mundos bajo su poder. La Tierra, el mundo de los humanos y Dalos, el mundo de los seres fantásticos y mágicos.

Los Dueños del Cosmos, divididos en seis seres, comparten las decisiones, las acciones y el futuro de sus mundos. Y entonces crearon a sus más maravillosas creaciones, a la Vida y a la Muerte, las hijas favoritas, las nuevas reinas de los mundos mientras los Dueños del Cosmos, descansan.

Pero cuando en La Tierra nacieron las grandes civilizaciones como la egipcia o la persa, y en Dalos la época dorada de los dioses y los titanes, la relación se fragmentó al nivel de empezar una guerra indirecta entre ambas, donde, aunque una no atacase, la otra lo tomaba como ofensa y actuaba en defensa o precaución.

La Vida, con un resentimiento extraño a los humanos, creó a unos seres dañinos, peligrosos y, sobre todo, antinaturales, los Angyas. Seres semejantes de los ángeles o arcontes, con la única tarea de atormentar a los humanos, causando caos, desorden y a veces, incluso asesinando a aquellos humanos con el alma marcada.

La Muerte, en respuesta, se vio obligada a actuar con velocidad por sus adorados humanos, porque los Dueños del Cosmos parecían seguir dormidos y no interesarse por nada de los mundos, como si su tarea en crearlos era todo lo requerido de ellos.

Naciendo los hijos de la Muerte, o los dones elegidos de la Huesuda, niños con la capacidad necesaria para no solo detener a los seres malvados de la Vida, sino para mantener la paz, el orden y la tranquilidad en la Tierra.