Butterfly ➻ Jungkook [en edición]

10» Jeon Jungkook

— Lo siento, de verdad —Namjoon camina sin dejar de observarme, ya es la tercera vez que se me acerca en el día y yo no puedo evitar seguir ignorándolo.

Él fue uno más de la multitud de gente que lanzaban burlas al aire.

Es casi imposible pasar desapercibido por los pasillos sin que algún comentario relacionado con Seul Bi llegue a mis oídos, han pasado dos días desde el último suceso y no he sabido nada de ella ni de Ryujin. Ya lo venía venir.

Me mantengo ocupado en cualquier cosa, ayudo a los maestros y me quedo en la sala de música aún y cuando todavía no es hora de quedarse por las tardes. Quiero mantener mi mente ocupada, y olvidar que no puedo mostrar mi cara por la escuela sin que alguien sepa quién soy.

No quería ser reconocido por esto.

Me llevo un pedazo de carne a la boca para evitar responderle. La cafetería ha estado movida en las horas de descanso y gracias al cielo que logré comprar lo más barato de la tienda. Veo la bandeja roja que se coloca frente mío y acto seguido Namjoon aparece en mi visión. Ruedo los ojos.

— Mocoso —dice. Advierto que intenta llamar mi atención, pero ya estoy aburrido de esto—. Te estoy hablando, ¿por qué me ignoras?

— Sé que estabas burlándote de mi, Namjoon —suelto. El ruido de la gente me aturde y ya quiero salir de aquí—. No es necesario que vengas a disculparte.

— Ya te lo expliqué antes... —suspiró, come su sándwich sin despegar la mirada de la mía—. Simplemente la idea de que Seul Bi y tú...

No termina la oración.

— Sé lo que quieres decir —por primera vez, mi cabeza no para al suelo—. Adelante, ya me lo habían dicho antes aún así.

El desvía su mirada.

Increíble, es la primera vez que lo hace.

— Lo siento, Jungkook...

— Da igual —tomo otro pedazo y me lo llevo a la boca. Todo este asunto me hace tanta gracia que he aprendido a soportar los comentarios.

— ¿Qué te ha pasado? —pregunta, no puedo evitar fruncir el ceño mientras como.

— ¿Qué me ha pasado de qué?

— Actúas diferente a comparación de ese día —lo sigo observando para que continúe. Ya me estoy hartando—. Normalmente bajarías la cabeza y no responderías nada de lo que te dijera por la vergüenza...

Suelto una risita y niego con la cabeza. En mi mente viaja la imagen de Ryujin haciéndome aquél comentario que me ponía la piel de gallina. Quizás, sí había seguido su recomendación.

Namjoon me mira esta vez con el ceño fruncido, pensará que estoy loco. Pero si me pongo a enumerar todo lo que piensan de mí, sería un fenómeno.

— Si, lo estoy intentando —me encojo de hombros y lo señalo con la cuchara, Namjoon parece seguir sin entender—. Alguien me dijo que no debería mantener la cabeza gacha, y eso es lo que estoy haciendo.

Namjoon suelta una risita y su hoyuelo se marca firmemente en su mejilla. Aquí está el Namjoon que conozco, risueño.

— Ese alguien tuvo que hacer milagros, por lo visto —continúa. Me encojo de hombros varías veces sin prestarle mucha atención a lo que dice. Estoy aburrido de la escuela y de tener que fingir delante de todos. Quisiera tomar mi cámara y hacer un par de fotos...