31» Jeon Jungkook

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Coloco sobre el atril los papeles que el profesor había dejado sobre mí escritorio. Luego me levanto del piano para recoger el resto de las cosas que el docente Park me pidió hacer.

Cuando termino, me acerco al estante que siempre ha permanecido en un rincón y lo abro para dejar algunos objetos dentro, hay libros de música por todos lados y de la mayoría no conocía su existencia.

Mis sentidos se alteran cuando el ruidoso tono de mi celular empieza a sonar, vuelco mi cuerpo hacia el pequeño aparato encima de una de las tantas cajas de las que aún no me deshago. Es tan insistente que no tengo otra opción que atender a la llamada.

— ¿Diga?

— ¿Jungkook? —un hilo de voz de escuchaba tras la línea. Hay voces por todos lados y una respiración de alguien que me deja anonadado—. ¿Dónde estás?

— ¿Quién...?

— Soy Ryujin, idiota —suelta entre dientes.

Mi cuerpo reacciona al instante. Dejo los papeles que tenía en mano y sonrió de oreja a oreja al reconocerla.

— ¿Tanto me extrañabas...?

— No estoy para bromas, Jungkook —en su tono de voz no hay más que seriedad.

— ¿Estás bien?

— ¿Sigues en la escuela? —pregunta insistentemente. Tal como si estuviera apresurada.

— Estoy en el salón de música... —respondo—. El profesor Park me dejó algunas cosas a cargo.

— Necesito verte —murmura—. Necesito contarte...

— ¿Ryujin? —recuerdo la última vez que estuve en su casa. Taehyung terminó dándonos la información que tanto necesitábamos pero desde entonces ha sido todo muy extraño entre nosotros. No se distanció, todo lo contrario... ya no tuve la necesidad de acercarme a Seul Bi por lo que pude pasar más tiempo con Ryujin. Sin embargo, ella nunca suena alterada—. ¿Qué pasa?

Murmura algo a cambio que no comprendo. Después la llamada se corta y aunque intente comunicarme nuevamente con ella, no contesta.

No pasa mucho tiempo para que deje las cosas sin terminar, mi mente se concentra en sólo una persona y aunque intente convencerme de que todo está bien, no puedo, no puedo hacerlo.

Quizás me esté jugando una broma.

— Maldición —exclamo al dejar caer otro par de papeles que debía colocar en el estante. Casi de inmediato me agacho a recogerlos con impaciencia.

Aquel día en la habitación de Taehyung, ella no mencionó más nada. Ni del comentario que él realizó acerca de que estaba enamorado de Ryujin. Nunca se mostró incómoda ni con intención de alejarme.

Pero entonces, ¿Por qué me dijo que necesitaba verme?

¿Debería ir a su casa?

Un par de manos se chocan con las mías para ayudarme a recoger las cosas tendidas en el suelo. Alzo la mirada de golpe y me encuentro con dos ojos juguetones que tanto conozco.

— Parecías alterado —Seul Bi sonríe mostrando su perfecta dentadura. Arqueo una ceja—. Déjame...

Toma los papeles que tengo en mano para luego recoger los demás y levantarlos del suelo. Imito su acción al levantarse.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto ocultando mi confusión.

— Papá está en la escuela —lo dice de una forma tan natural que no me sorprende lo manipuladora que puede ser. Su padre es uno de los mayores empresarios de la ciudad.

Butterfly ➻ Jungkook [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora