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Su mirada se conecta con la mía, el silencio de la habitación se encuentra interrumpido por la lujuria incorrecta de nuestros cuerpos.

Sé perfectamente que nos permitimos hacer las paces uno con el otro sin embargo no llegó a comprender su pregunta, una cosa es hacer las paces y intentar llevarnos bien pero otra totalmente diferente es terminar los dos en una relación sexual.

Cualquier mujer en este momento se hubiera lanzado a sus brazos para besarlo pero yo no soy ese tipo de mujer... ¡¿A quién quiero engañar?!

Mis labios me unen con los suyos, su cuerpo sediento de pasión cae sobre el mío sin miedo alguno y sus manos recorren mi silueta como nadie nunca lo había hecho. Tal vez sea cosa de una noche pero su boca hace que parezca única, mis manos acarician su cabello mientras nos separamos por falta de aire.

Sin dudarlo mucho ataco su cuello para dejarle marca de aquella noche, su espalda se arquea mediante esta acción escondiendo su rostro entre mi cuello y hombro donde deja una cierta cantidad de besos húmedos.

Mi espalda se arquea dejando paso al cierre del vestido negro que llevo puesto, mis manos traviesas se encargan de desabotonar su camisa para luego que él se encargue de quitársela. Las manchas de tinta oscura en su cuerpo hacen juego con la ropa interior que llevo puesta. En pocos segundos solo quedamos con la ropa interior mirándonos uno al otro

Nuestros labios se deciden a encadenar una batalla de lenguas para ver cuál será la que más lujuria destile, ambas se mueven en círculos conectando cada milímetro de nuestros cuerpos un poco más, una de sus manos se posiciona en mi cadera donde comienza a trazar una especie de círculos.

Me separo de él unos centímetros para mirar su rostro iluminado por la poca luz que logra atravesar las cortinas, mi dedo pulgar acaricia su mejilla y decido alejarme de él para buscar nuevamente mi vestido. Apenas terminó de subir la cremallera, suspiro para avanzar hasta la puerta sin embargo su voz me detiene y aunque quiera irme sin dar explicación alguna no lo hago.

- Esta mal, esto está mal. No puedo acostarme con usted, no sabiendo que después de esto lo tendré que ver todos los días hasta que termine el proyecto - digo mirándolo.

- ¿Te estas escuchando Rosaline? - Pregunta colocándose la camisa sin abotonar. Suspiro mirando mis pies descalzos.

- Si, sé la estupidez que estoy diciendo pero no pienso acostarme con usted. - Avanzó cierta cantidad de pasos hasta llegar a su persona -. Por más ganas que pueda tener, no follaré con usted señor Styles -

- ¿Por qué te haces la dificil? Hagamos las paces de una maldita vez. - Una risa sarcástica escapa de sus labios cuando echa su pelo hacia atrás.

- No es que me haga la dificil - digo cubriendo mi rostro. - La verdad es que me encanta y me exita demasiado esta idea pero no podemos, no si después de esto, se me va de las manos.

Siento su cuerpo acercarse y destapar mi rostro.

- Solo... Déjate llevar. 

Sonrió levemente haciéndole caso y lo empujó levemente haciendo que su cuerpo caiga sobre el suave colchón, subo mi cuerpo encima de él y comienzo a dejar un sendero de besos desde su clavícula hasta su oído mientras su manos lentas intentan bajar la cremallera del vestido. Río suavemente para susurra las palabras indicadas y retirarme de la habitación antes de que él se de cuenta.


Estoy con unas simples zapatillas que logre agarrar antes de abandonar la habitación compartida, caminando a quien sabe donde. Antes de salir le pregunto al chico de la recepción el bar más cercano y se lo agradezco, tal vez mis pensamientos salvajes con Styles no se irán hasta mañana así que prefiero mantenerme lejos.

Tal vez una o dos cerezas me jueguen a favor esta noche, al entrar al bar, este no se ve nada agradable y creo que el muchacho de recepción me hizo entrar a un antro. La respuesta inmediata llega a mi cuando veo gran variedad de cuerpos moviéndose unos contra otros, las luces son tenues con las paredes de color bordo. Una canción lenta suena de fondo animando a las mujeres a mover sus caderas de un lado a otro.

Cómo iba a encontrar mi objetivo si ni siquiera sé como es este lugar, puede tener miles de pasillos hasta encontrar la barra pero para mi suerte la encuentro apenas ingresó al lugar y no tardó mucho en pedir dos cervezas de entrada.

Si algo me ha servido aprender a beber con mi padre es a que el alcohol no solo es una simple adicción o una especie de remedio para el dolor sino que es una bebida que acariciar tu garganta de diferentes formas y su sabor se queda un buen tiempo impregnado en tu paladar.

- Ni se te ocurra - le digo al hombre que se sienta a mi lado colocando su mano en mi rodilla. Este sonríe y ríe secamente.

- ¡Oh vamos... Linda! - Dice riéndose como desquiciado y rápidamente me doy cuenta de que está ebrio.

Típico de los hombres estar borrachos y intentan estar con cualquier persona que a pocas penas le aceptarían una cereza, si es que es muy amable.

Comienza a hablar una cantidad incontable de temas que a mi persona no le interesan así que lo ignoro mientras disfruto el saber de la cerveza recorrer mi garganta, sacó unos pocos billetes de dentro de mi sostén y los dejó sobre la barra para luego levantarme.

El sujeto que anteriormente estaba hablándole, me sujeta de la muñeca fuertemente, intento zafarme pero es inútil. Él tiene mucha más fuerza que yo y eso es un punto que me juega en contra.

Maldigo por debajo hasta que un cuerpo se interpone entre el hombre y yo. Al intentar zafarme lo logró y levanto mi vista para darme cuenta de quién es.

Mierda, mierda, mierda. 

- No necesito tu ayuda - bufo mirando mis uñas. Styles coloca fuertemente su brazo en mi cintura y me saca rápidamente del antro.

Sé perfectamente que me estoy comportando como una desagradecida con él pero es la única forma de intentar ignorar mis ganas de probar sus carnosos labios y aunque no me gusta tratarlo mal (aunque se lo merezca un poco) no quiero hacerlo.

- No permitas que hombres como ese te traten así - dice mirándome a la cara. Frunzo mi ceño fingiendo no saber.

- ¿Así, cómo? - Él sonríe por lo bajo cuando ve que comienzo a acorralarme contra una pared.

Nota que es una señal de un juego al instante que nuestros ojos se conectan.

- No juegues conmigo, Rosie. - Sus brazos se colocan a cada lado de mi rostro apoyando sus palmas en la pared de cemento.

- Es mi vida, hago lo que yo quiera - digo sonriendo

- No puedes dejar que te traten de esa manera, no eres una mujer fácil. ¿Me equivoco? - dice alzando haciendo que tres leves arrugas se noten en un frente.

- Deberá averiguarlo usted. - Sonrió mirando sus ojos.

Mis labios rozan con los suyos suavemente.



Hello!
Y ahora esta en sus manos elegir.
¿Rose y Harry tienen sexo?

Espero que les guste

Besos Vic :)

I'm not your stereotypeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora