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Suspiro y muerdo mi labio inferior, tengo un mal presentimiento. 

Empecé a caminar algo apresurada, estaba retrasada; sabía que Styles se enfadaría. El ascensor no se encontraba tan lejos, sonreí para mis adentros al no ver a nadie más esperando.

Presioné uno de los botones y éste enseguida se abrió. Mis piernas caminaban casi por sí solas, estiré mi mano y presione otro botón para que me llevase al último piso.

Las puertas se iban a cerrar pero de un momento a otro se detuvieron, fruncí el ceño y me asusté al verlas abrirse con brusquedad revelando así al señor Styles.

Levanté la mirada para encontrarme con la suya; él se acercó a mi lado y presionó el botón que segundos atrás yo había tocado.

De solo pensar aquello sentía mis piernas temblar, bajé la mirada y traté de respirar.

Inhala, Exhala, Inhala...

- ¿Rose? - escuché su voz.

Levanté la mirada pero me arrepentí rápidamente. Tragué saliva dificultosamente ante lo nerviosa que me sentía.

- ¿Si... sí, señor Styles? - contesté. Mierda, Rose, tranquilízate. Es solo un hombre.

Su rostro estaba serio, tomó su celular y frunció el ceño.

- ¿Acaso no hay señal aquí? - preguntó sin despegar la vista de aquel aparato.

- No, señor - negué mientras respondía casi audible.

- Genial...- escuche su respuesta más sarcástica que otra cosa.

Cerré mis ojos y volteé la mirada, esta era una situación casi incómoda. Decidí imaginar cosas, pensar en algo sólo para evitar recordar que estaba a su lado y que el ascensor no era muy grande.

Percibí su aroma.

Oh Dios... qué exquisito.

Él era el hombre imposible, así lo apodaba yo. Sabía que él me odiaba -algo mutuo- y quizás era por no ser una de sus finas, altas, y hegemónicas modelos. Aún así, admitía que era todo un Adonis.

Bajé la mirada y disimuladamente observé mi atuendo. No entendía qué iba mal conmigo. Quizás el hecho de que me había negado a utilizar una ropa que no me hacía sentir yo misma.

Rodé los ojos y nuevamente me puse a pensar en ello. Esto era extraño, hace demasiado tiempo no me comparaba con los demás.

"¡¿Por qué no sucede nada interesante?!"

Escuche un ruido bastante peculiar de afuera y eso no era bueno. Trate de no pensar en lo peor y mantener centrada en cualquier cosa que no fuera la persona que estaba a mi lado ni los ruidos del ascensor.

- ¡Auch! - me quejé al golpearme con su hombro.

Acaricié la zona afectada y nos observamos. Sabía lo que iba a suceder, sus ojos me observaban en señal de disculpa y sus labios lo iban a pronuncia.

- Rose, yo lo... - fue interrumpido al observar que las luces del ascensor parpadeaban. -Maldición, no puede...- comenzó a teclear cosas nuevamente en su teléfono último modelo.

El ascensor de pronto golpeó contra algo y hizo que las luces se apagaran. Mi respiración se entrecortaba, me acerqué a la puerta para observar si algo de luz atravesaba el filo de ésta.

- Perfecto - susurré.

- Maldición - lo escuché decir.

- ¿Qué ocurre? - Me di vuelta. Ya estaba empezando a sentirme mareada.

I'm not your stereotypeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora