Trust - Justin Bieber

Capítulo 1

"¿Desde cuándo Carl tenía una hermana tan joven?"

Caminé por la calle sintiendo el frío de New York en mis manos, había salido junto a Carl y sus hijos del colegio después de recogerlos. Cargaba con las mochilas de las pequeñas Charlie y Ava en mis hombros mientras me agarraban de las manos para cruzar el paso de peatones. Antes de hacerlo, miré que Carl venía junto a Roman que lloraba porque no se quería ir de allí, irónico cuando los primeros días el que no quería venir al colegio era él. Mi amigo me hizo una señal de que todo estaba bien y asentí, crucé la calle junto a sus dos hijas para subir a mi coche.

Tenía que llamar a Scooter para que me recordara la agenda de cara a la promoción de Purpose en una semana; mi vuelta era inminente y mentiría si dijera que no tenía ilusión por ello. El CD salía a la venta en días y mi ilusión era la misma que la de unos padres dándole un regalo a su hijo y lo miraban abrir el regalo con impaciencia, con el deseo de que fuera de su agrado.

El disco había quedado bien, estaba contento por cómo sonaba mi último trabajo y la promoción de 'What do you mean' había sido un éxito. No bajaba del ránking y se mantenía número uno cada semana desde que se estrenó.

Aunque todavía tenía tiempo para disfrutar. Me estaba tomando unos días bastante relajados junto a mi amigo y su familia, me sentía bien en su compañía y me serviría para recargar las pilas de cara a los viajes que tendría en cuestión de meses.

─ Justin, ¿podemos ir a por un helado antes de ir a casa? –Dijo Ava sacándome de mis pensamientos.

─ ¡Sí, un helado tío Justin! –Gritó Charlie junto a su hermana y sonreí por cómo me llamaba.

─ Sabéis que por mí no hay problema, pero deberíais decírselo a vuestro padre. –Abrí las puertas del coche y ambas subieron mientras hablaban sobre cómo convencer a su padre de aquella idea.

Pretendía cerrar la puerta pero Carl ya estaba a mi lado junto a su hijo, había dejado de llorar y ahora jugaba con un juguete entre sus manos. Nos subimos al coche y lo puse en marcha para salir de allí antes de que el tráfico nos dejara en un atasco durante la mayor parte del día.

─ Papá, ¿podemos ir a por un helado? –Preguntó Roman y miré por el espejo retrovisor que cruzaba sus dedos para que su padre asintiera.

─ Roman, tenemos muchas cosas que hacer, mejor que os lleve mamá después de comer.

─ ¡No! –Gritó Ava mientras se cruzaba de brazos enfadada─ Mamá no va a querer llevarnos. Por favor, tío Justin... llévanos tú. –Suplicó juntando sus manos.

─ Ava tenemos que ir ahora a la Iglesia. Cuando lleguemos, después de comer yo os llevaré. –Le dije esbozando una ligera sonrisa.

─ ¡Bien! –Sonrió y negué con la cabeza mientras Roman aplaudía mi decisión.

─ Los consientes demasiado, Justin. –Apuntó Carl mientras sacaba su teléfono para leer las notificaciones que aparecían en la pantalla.

─ Lo sé, pero adoro a los niños... ─Suspiré─. Ellos me recuerdan a mis hermanos y es imposible decirles que no a cualquier capricho.

Carl sonrió por mi respuesta y dio un ligero apretón en mi hombro, enseguida encendió la radio y subió el volumen a la música. Durante todo el trayecto fuimos cantando las canciones que sonaban, más bien, gritábamos y entre risas, mi amigo grababa algún que otro vídeo para su cuenta de Instagram.

Aparqué el coche frente a la casa de los Lentz y bajé de un salto para ayudar a sus hijos con las mochilas del colegio y así adentrarnos en el interior de su vivienda. Laura nos recibió con una sonrisa y una bandeja entre sus manos.