Capítulo 10

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"Gatita, eres mi jodida perdición"

No había vuelto a ver a Justin en toda la tarde ni siquiera por la noche en el hotel después de lo que había pasado en su habitación. Tampoco volvió a venir a la mía ni yo fui a la suya para buscarle. Lo dejaría pasar, porque al fin y al cabo, no debía molestarse por aquello cuando no teníamos nada.

Mis padres y mi hermano Rich habían vuelto de aquella conferencia en Los Ángeles en Hillsong y Carl se empeñó en ir hasta la casa de mis padres para contar de una buena vez, la verdad con respecto a mi relación con Oliver. Estaba muy nerviosa y sentía que mi corazón iba a salirse de mi pecho, ni siquiera pensar en "cosas bonitas" como mi madre me decía de pequeña cuando tenía miedo a algo me servía para tranquilizarme.

El sonido de las botas repiquetear contra el suelo al entrar en el salón que tanto miedo me estaba produciendo últimamente, hacía que mi nerviosismo aumentara. Carl hablaba con Rich junto al mueble dónde habían fotografías de los tres, desde que éramos más pequeños hasta hace unos años. Mi hermano me miró y apreté mi puño con rabia recordando todo lo que me había dicho en aquella discusión.

¿Ahora si nos necesitas? Antes tenías a Oliver y para ti vale más una persona de la calle que tu propia familia.

Porque por lo visto te satisfacía bien en la cama y eso vale más para ti que lo que nosotros hayamos hecho a lo largo de tus 21 años.

Me es indiferente lo que digas, dejaste de ser mi hermana desde que empezaste con aquel desgraciado. Porque has manchado el nombre de nuestra familia, Carrie.

Las lágrimas brotaron de mis ojos con rabia, porque cómo si no tuviera suficiente en mi vida, escucharlo de la boca de mi hermano terminó por rematar aquel dolor. No era una piedra ni mucho menos inmune a las personas. Me habían hecho daño y me había equivocado, había hecho daño a mi familia pero no sabía que iba a llegar a este punto en el que mi hermano tuviera que decirme lo que siempre rondaba por mi cabeza.

Era la mancha en un lienzo perfecto. Era aquella pieza de puzle que nunca encontraba su sitio. Era la oscuridad en la luz de mi familia. El diablo dentro de la fe.

Otros lo verían como algo bueno, porque destacar en una familia no puede ser tan malo. Pero, cuando constantemente te han machacado por tus errores, quizás es cuando te planteas que realmente el fallo en todo, eres tú y nadie más que tú.

- Carrie, no llores. –Murmuró Carl acercándome a él con una mueca de dolor ante la atenta mirada de Rich.

- N-no puedo ev-evitarlo. –Balbuceé nerviosa mientras secaba mis lágrimas.

- ¿Nos vas a contar todo? –Rich se acercó a mí preocupado y le aparté de un empujón.

- Déjame, no me toques. –Le pedí-. No después de lo que me dijiste... -Tragué saliva refugiándome en los brazos de Carl que me abrazaban reconfortándome.

- Lo siento, Carrie. Soy tu hermano y estuve preocupado por ti. –Se excusó- ¡Carl también lo estuvo! –Dijo enseguida señalándole-. Por favor, eres mi hermana. Nunca pensaría eso de ti.

Esta vez, se acercó y besó mi coronilla con delicadeza, cerré los ojos sintiendo el abrazo de mis dos hermanos.

- Me estáis aplastando, quiero respirar. –Les dije después de varios minutos y les empujé para secar mis lágrimas.

- Tan arisca como siempre. –Rich levantó una ceja y le fulminé con la mirada.

Cuando mis padres estuvieron allí, nos sentamos todos en la mesa, habían hecho el desayuno para todos. Suspiré nerviosa y en el momento de bendecir todo aquello, levanté una ceja analizando la situación en la que ni me pronuncié.

Trust - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora