Capítulo 4 · Preguntas

2.4K 216 58
                                    

Justin's Point of View.

Sonreí con aspereza al escuchar sus palabras. Y hasta ahora fue cuando me golpeó la sensación de tristeza. Porque la había echado de menos todo este tiempo. Incluso sus comentarios tan irónicos. Los meses que llevábamos separados me habían parecido años. Muchísimos años. Pero ahora estaba de nuevo frente a mí y esto me recordaba a cuando empezó todo entre nosotros.

Desde nuestro encuentro en la casa de Carl hasta la llegada al hotel Mandarin Oriental en la que creamos tantos recuerdos que iban a ser imposibles de borrar de mi mente. Pero ni siquiera sucedió todo en ese hotel, también en su coche, o en el mío e incluso en Los Ángeles e Islandia.

De aquellos recuerdos no quedaban ni rastro. Por lo menos, en la cabeza de Carrie que parecía decidida a olvidarme por lo que había hecho.

Y esta sensación tan nueva dentro de mí me hizo sentir extraño. Se supone que yo no debía sentir nada por Carrie, porque me había encargado de eliminar cualquier rastro de sentimientos hacia ella tras haberlo dejado.

Por eso tuve que dejar de hablarle, porque si no, iba a ser peor. Lo que hice fue un bien para los dos. Así no íbamos a sufrir, joder. Teníamos sentimientos mutuos y no quería aumentar el daño siendo amigos.

Esa fue una mala idea que nunca debí decirle. Estaba muy arrepentido.

— ¿Estás segura de lo que dices, Carrie? –Rectifiqué, aclarando mi garganta, por unos instantes nuestros ojos se cruzaron— ¿Ya me has reemplazado por Zayn? ¿Él es ahora tu Juguetito?

— Bieber, tus escenas de celos se las montas a otras, a mí no. –Sonrió acariciando mi mejilla con la palma de su mano— Por favor, te ves mejor calladito, cariño.

Sujeté su mano antes de que la retirara de mi piel y tiré de su cuerpo para acercarla a mí.

— Y tú deja de actuar con tanta indiferencia, si no te importara no me estarías echando cosas en cara. –Dije apretando mis dientes hasta el punto en el que sentí mi mandíbula tensarse— Te conozco muy bien, Gatita, por eso mismo no me creo lo que dices.

Te conozco muy bien, Gatita... —Replicó con burla e imitando mi tono de voz—, no me importa lo que tengas que decir, Bieber. ¿Por qué no haces cómo en estos meses atrás?

Fruncí el ceño por su extraña pregunta.

— Sí, haz cómo que no existo, ignórame. –Respondió sonriente— Eso se te da muy bien y dudo que te cueste mucho hacerlo, digo, porque es lo que sueles hacer. –Se encogió de hombros.

— Carrie...

— Si no conoces la palabra ignorar o cualquier sinónimo de ella, búscala en el diccionario. —Me guiñó el ojo.

Cerré la boca antes de volver a hablar cuando Laura entró al salón y se quedó mirándonos con evidente incomodidad. Sabía que la conversación que acababa de interrumpir no estaba siendo del todo agradable, a pesar de que lo agradecí para que no fuera a mayores y toda la casa se acabara enterando de nuestros reproches.

— Carrie, perdón si molesto, pero el té ya está hecho. –Susurró desviando su mirada hacia los ojos verdes de su joven cuñada.

— Para nada, Laura, al contrario, eres la mejor compañía... –Ensanchó sus labios con una gran sonrisa y se alejó de mí, poniendo más distancia entre los dos. Más de la que ya había—, voy contigo. Estaba deseando que se hiciera el té.

Ni siquiera la chica de pelo moreno se atrevió a mirarme por última vez, salió de la sala y cuando sus figuras desaparecieron, me giré para ojear a través de la ventana, la tormenta no cesaba y el cielo estaba oscuro. Un suspiro atravesó mis labios y deslicé mi mano por mi cabeza, rascando mi cuero cabelludo con pesar.

Trust - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora