Trust - Justin Bieber

Capítulo 8

"¿No crees que estás poniendo muchas excusas para no irte?"

- Sí, ya estoy en New York. –La voz de mi amiga sonó y sonreí inconscientemente por ello-. Justo ahora hablaba con Laura y me invitó a su casa a comer. Me dijo que te avise, ¿podrás venir?

- ¿No tienes suficiente con la cena de esta noche? –Comenté a modo de broma- Claro que puedo ir.

- Eres un idiota... -Dijo pero supe que estaba sonriendo a juzgar por su tono-. Te veo en un rato, voy a coger un taxi.

- Bien, hasta luego.

Dejé el iPhone sobre la mesita y me encontré a Carrie dándome la espalda. Esther se había puesto junto a ella y siguió durmiendo. Sonreí y la aparté con cuidado para ponerme al lado de la chica de pelo moreno que había conseguido enloquecerme en dos días.

- ¿Todavía no piensas irte? –Dijo sujetando mi muñeca con fuerza antes de que la tocara.

- ¿Por qué te empeñas en echarme? –Levanté una ceja y vi cómo se giró quedando frente a mí.

- Porque no quiero tú compañía nada más que para mis ratos de diversión. –Su dedo índice tocó mi pecho y caí sobre el colchón con una sonrisa en mis labios.

- ¿Me estás llamando juguete, Carrie Lentz? –Me hice el sorprendido viendo cómo se echaba sobre mí y fue cuando aprecié su belleza desde aquella perspectiva. 

- Qué bueno que te das cuenta de eso. –Sus dedos jugaron con mi pelo e imaginé que lo estaba peinando por la suavidad del toque que empleaba.

- Suelo darme cuenta muy rápido de las cosas. –Comenté, rozando mi nariz con la suya y besé sus labios sin previo aviso.

- Coge a Esther y vete, quiero seguir durmiendo hasta que mi cuerpo me lo pida. –Dijo pasando la lengua por sus labios-. Me lo he pasado muy bien contigo, Bieber.

- ¿No crees que está muy a gusto cómo para llevármela? –Miré la posición de Esther.

- ¿No crees que estás poniendo muchas excusas para no irte? –Suspiró pesadamente y me reí. Sin embargo, Carrie observó por unos segundos a mi mascota para luego girarse y apoyar su cabeza en mi pecho-. No creas que este argumento te servirá siempre. –Murmuró.

- Lo tendré en cuenta. –Acaricié su pelo y lo coloqué tras su espalda-. ¿Qué planeas hacer hoy a parte de dormir? –Le miré con intriga.

- Dormir y uhm... dormir. –Cerró sus ojos con satisfacción-. ¿Y tú? ¿Tienes planes con esa novia tuya?

Fruncí el ceño a pesar de que no podía verme.- No es mi novia, Carrie. –Volví a decir con molestia-. Somos amigos. Y sí, cenaremos esta noche, aunque primero iremos a comer a casa de tu hermano.

Levantó su cabeza con lo que dije y Carrie me miró extrañada.

- ¿A casa de mi hermano por qué? –Bajó su mirada a los tatuajes de mi pecho.

- Porque también es amiga de ellos. –Le aclaré.

- Oh, ¿la chica que mencionasteis en la comida? –Intuyó con la mirada perdida en la tinta de mi piel.

- Sí, la misma.

- Para no ser tu novia pasas demasiado tiempo con ella, ¿no? –Enarcó una ceja divertida y me reí negando con la cabeza.

- Éramos muy buenos amigos desde antes de empezar una relación y después de intentarlo y que lo nuestro no funcionara, lo hemos hablado para seguir siendo los de antes.