Capítulo 2 · Lo nuestro

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Contemplé a Amani y volví a levantar la cabeza en dirección del hombre que no dejaba de acecharnos. Encendió un cigarro y comenzó a caminar a paso lento con sentido contrario a nosotras. Apreté mis labios con fuerza, buscando la calma e intentando que el miedo no invadiera cada parte de mi cuerpo. Tenía que hacerme a la idea de que "no pasaba nada", que todo esto era fruto de mi pánico hacia Oliver.

─ Es mejor que entremos, Amani. ¿No quieres hablar con papá y mamá? –Le dije con una sonrisa─ Si tardamos, no vas a poder por estar haciendo el muñeco de nieve.

─ Vale... ─Dijo alargando las palabras─, pero prométeme que mañana vamos a hacer un muñeco de nieve. –Hizo un mohín con sus labios y me agaché, poniéndome a su altura.

─ Te lo prometo, mañana hacemos un muñeco de nieve. –Levanté mi mano y Amani la chocó con la suya─. Venga, vámonos adentro que hace mucho frío aquí. –La guie hacia la puerta.

Abrí con las llaves aun dándole vueltas a las miradas de aquel hombre hacia nosotras. Sacudí mi cabeza para dejar de pensar lo que acababan de ver mis ojos. Tal vez se trataba de algún vecino nuevo y estaba simplemente dando un paseo por la zona. Pero su presencia tan extraña no me dio buena espina.

Oliver había jurado vengarse por haberle metido en la cárcel. Pero todavía le quedaban dos meses para salir de allí, por lo que era imposible que el hombre que acabábamos de ver tuviera relación con el que fuera mi ex novio. Mi cuerpo temblaba y se llenaba de escalofríos con solo pensar que podía hacerme algo a mí o a alguien de mi familia. Todo este asunto me tenía en tensión.

Constantemente vivía en alerta ante cualquier movimiento extraño que pudiera levantar mis sospechas sobre sus acercamientos.

Mi sobrina se dio un baño y le ayudé a ponerse el pijama, aun con el regomello de que era lo suficientemente grande como para poder hacerlo sola. Pero quería ayudarla en todo y hacerla sentir cómoda sabiendo que no estaba en su propia casa. No dejaba de ser la más pequeña de la familia con tan sólo 8 años. Mientras Amani veía dibujos en el salón, aproveché para darme un baño y cuando estuve lista, fui a hacerle compañía.

─ ¡Papá! –Gritó emocionada al ver a Rich en la pantalla de mi iPhone y le saludó con su pequeña mano.

─ Hola cariño, ¿cómo estás? –Murmuró dejándose caer en el duro sillón del hospital que podía darte largos dolores de espalda durante mucho tiempo─ ¿Te está cuidando bien la tía Carrie? –Sonrió.

─ ¿Lo dudas? –Repliqué con aparente molestia y sonreí─ Amani está muy bien, ¿verdad?

─ ¡Sí! Mañana cuando vuelva del colegio vamos a hacer un muñeco de nieve muy grande. –Dijo con ilusión.

─ Oh, eso es genial.

─ ¿Cómo está Alaina? –Pregunté pasando mis dedos por el cabello de mi sobrina con delicadeza, alisándolo a mi paso─ ¿Está mejor?

Rich asintió.

─ Ahora mismo está dormida. –Suspiró─ Pero está bien, el martes nos dan el alta por fin y podrás volver a casa con nosotros, Amani.

─ ¡Bien! ¡Estaré con mamá y podré jugar con mis juguetes! –Alzó sus manos al aire emocionada.

─ La voy a echar de menos después de todas las veces que se quedó conmigo a hacerme compañía. –La miré de reojo.

─ Carrie, gracias por ocuparte de ella, me has ayudado mucho.

─ Sabes que no deberías de agradecerme nada, soy tu hermana. –Sonreí─ Y lo hago encantada porque me gusta estar con mi sobrina.

Trust - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora