Capítulo 12 · Alissa

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— ¿Estás bromeando? –Carl miró el contenido de la caja con terror y vi a Rich acercarse con curiosidad a la mesa del salón— No lo toques, Rich. –Le detuvo agarrándole del brazo— La policía necesita tener esto en su poder para que investigue de quién ha venido.

Había llegado a la casa de mi hermano Rich inmediatamente después de encontrarme ese bulto en mi departamento. Ya le habían dado el alta a mi cuñada así que se encontraban todos allí reunidos, incluso mis padres, quiénes desde que comunicamos la desaparición de Amani, no se habían despegado de ellos.

Miraba a mis dos hermanos desde el sillón mientras cargaba a Zoe en brazos sin poder reprimir ninguna sonrisa al verla, llevaba un body de rayas rosas de manga larga y estaba envuelta en una manta beige de terciopelo para evitar que le diera frío. Sin embargo, no podía dejar de pensar en su hermana; con lo que había visto en la caja la preocupación era aún mayor.

Ver ese dedo me hacía pensar en cosas escabrosas que algún degenerado estaba haciéndole y tan solo con imaginármela sufriendo, me rompía el alma.

Necesitaba respuestas y soluciones.

Pero que todo saliera bien.

No podía pensar en algo malo.

— ¿¡Quién mierda te ha dejado esto y cuándo!? –Rich le dio un golpe a la caja con su puño, exteriorizando toda su rabia. Mis ojos vieron como el cartón volaba hacia otra parte de la habitación— ¡Esto es una broma! ¡Nos están tomando el pelo! –Gritó.

— Rich, basta. –Le pidió Alaina lo más serena posible, estaba sentada en el chaise longue del salón, sus manos formaban dos puños frente a su rostro con un pañuelo que trataba de limpiar todas sus lágrimas— ¿Habéis llamado ya a la policía?

— Sí, el agente Smith vendrá inmediatamente. –Habló mi padre cogiendo la caja y cerciorándose de que estaba en el interior aquella parte de la extremidad del cuerpo, supuestamente de mi sobrina— Ya le hemos dado parte de lo que pasó.

— Estaba en mi departamento esta mañana, pensaba que... había sido un regalo de... de Justin. –Dije su nombre en voz baja aunque sabía perfectamente que lo habían escuchado porque había un silencio sepulcral en la estancia e inmediatamente carraspeé mi garganta— Pero cuando lo abrí, vi ese dedo y...

— Necesito buscar a mi hija, no puedo esperar unas respuestas que no llegan. –Alaina se incorporó cogiendo su teléfono— ¿Qué si le están haciendo algo malo? ¿Y si no sobrevive a esto? ¡Es una niña indefensa! –Gritó con la voz temblorosa.

— Maldita sea, joder. ¿Por qué nadie pide una recompensa? ¿Por qué no hay respuestas? –Rich leyó detenidamente el papel de la caja— ¿El tiempo cuándo se acaba? ¿Qué es lo que quieren y por qué te lo dicen a ti? –Mi hermano se tiró del pelo con frustración.

— Carrie, ¿quién te ha dejado eso en la casa? ¿No viste a nadie? –Preguntó Carl extrañado por cómo había llegado la caja hacia mi salón.

— ¿Por qué por una vez en la vida no creéis lo que os digo? ¡Es Oliver el culpable de todo esto! –Hablé con tono tranquilo, para que Zoe no se asustara entre mis brazos ni comenzara a llorar— ¡La investigación debe girar en él! –Murmuré a regañadientes.

Mi padre estaba mirándome con atención junto a mis hermanos, Laura se paseó por el salón y se sentó junto a Alaina para reconfortarla.

— Tranquila, Alaina, la pequeña Amani volverá con nosotros. –Le habló frotando su espalda con afecto— No dejes que la negatividad te consuma.

— Eso espero... —Dio un largo suspiro con los ojos cerrados—, necesito respuestas y de pensar que eso de la caja es de ella... —Limpió sus lágrimas con el pañuelo.

Trust - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora