Capítulo 3

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"¿Te gusta lo que estás viendo, Carrie?"

Carrie se acercó al mostrador una vez que llegamos a la heladería junto a Charlie, Roman y Ava. Un grupo de chicas que había allí me había reconocido al entrar y no vacilaron en pedirme fotos, así que no me quedó más remedio que aceptar para que me dejaran en paz durante mi estancia allí. No me gustaba que me molestaran en estos momentos pero intentaba sacar mi mejor sonrisa.

Cuando volvieron a su sitio, caminé para ver a las hijas de Carl con su tarrina en la que había dos bolas en cada una. Fresa y chocolate, intuí por el color que tenían. Mientras que Roman agarraba en su mano un cucurucho con una bola de helado enorme.

El dependiente me miró esperando que me decidiera a pedir y cuando lo hice, elegí un smoothie de frutas. Caminé hasta la mesa en la que se habían sentado para unirme a ellos.

- Pensaba que iba a ser peor en cuanto a la gente, al menos puedes salir por la calle. –Dijo Carrie lamiendo la bola de su helado mientras sus ojos se fijaban en mí.

- Aquí puedo estar más tranquilo, pero depende del lugar. –Puse mis labios sobre la pajita y bebí de aquello que había pedido, el líquido pasaba por mi garganta refrescándola y aliviando mi sed.

- Tía Carrie, ¿por qué no has venido con el tío Oliver? –Dijo Roman mirando su helado que comenzaba a derretirse por algunas partes y pasó su lengua con rapidez para evitar que goteara en el suelo-. Yo quería que me subiera en su coche súper rápido otra vez.

Carrie se quedó callada mirando a su sobrino, buscando las palabras exactas para explicarle la situación.

- Roman, Oliver ya no es tu tío ni lo será nunca más. –Aclaró seriamente-. Él se ha portado muy mal. –Sonrió leve.

- Y entonces... -Se quedó pensativo-. ¿Ahora estarás con mi tío Justin? Él no es malo. –Lamió su helado con ansia mirándome con una sonrisa.

Carrie y yo nos miramos con las cejas alzadas por lo que había dicho. Ava y Charlie se divertían con la situación al ver nuestras caras que prácticamente parecían que acababan de ver a un fantasma.

- No, Roman. –Sonrió Carrie zanjando aquel tema y cambiando el rumbo de la conversación.

- ¿Vas a dormir hoy con nosotros? –Sugirió Charlie emocionada-. Podemos ver muchas películas como hacemos en Navidad.

- ¡Sí! ¡Queremos que no te vuelvas a ir! –Exclamó Roman contento.

- No, no puedo dormir con vosotros. Ojalá... -Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras limpiaba con una servilleta las mejillas de Roman que se llenaron de helado-. Pero tengo una habitación en un hotel. En estos días, hacemos maratón de películas... ¿vale? –Miró a sus sobrinos que se convencieron por la idea.

- ¿Cuál es el hotel en el que te estás quedando? –Le dije dejando el vaso de mi smoothie sobre la mesa.

- ¿Por qué quieres saberlo? –Alzó sus cejas sorprendida-. Te dije que está en la zona de Manhattan, Bieber.

- Hay más hoteles allí como para averiguar el tuyo. –Murmuré insistiendo para que me dijera el lugar.

Quería saberlo.

Carrie se concentró en su helado sin volverme a hacer caso, de vez en cuando me miraba con aquellos ojos claros que tanta atracción tenían sobre mí. Y sus labios, maldita sea, ¿qué iba a decir de ellos?

Mis pensamientos estaban comenzando a pensar en cosas que no debía.

Pero es que era inevitable.

Trust - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora