Capítulo 18 · 10.000 hours

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CARRIE POV'S

La espera se hizo una eternidad hasta que la ambulancia llegó con Amani. Sin embargo, ni siquiera pudimos verla porque estuvo en una exigente examinación por parte de los médicos y nadie podía interferir. Rich y Alaina sabían lo justo sobre su hija, nadie les daba explicaciones en aquel pasillo donde deambulaban demasiadas almas devastadas por tristes noticias.

No dejaba de pensar en todo lo sucedido. Una maraña de sensaciones se agolpó en mi vientre y la idea de que mi sobrina estuviera tan grave me encogía el corazón. Por una parte, estaba feliz porque nadie había cometido un crimen y por otro lado, sentía un gran desconsuelo porque quería estar a su lado, que me contara qué había vivido y qué le habían hecho para que llegara en ese estado. Y lo más importante, decirle que nadie más iba a alejarla de nuestro lado, que iba a ver crecer a su hermana pequeña y sus padres la consentirían como nunca.

— Justin... —Llamé su atención ya que estaba con los ojos cerrados mientras esperaba sentado junto a mí.

Mis hermanos estaban al final del pasillo junto a la máquina del café. Y Alaina paseaba de un lado a otro con el carro de Zoe, intentando evadirse de su estado de nervios.

— Hmm...

— ¿Qué tal si vas a mi apartamento a descansar? —Susurré cerca de su oído y deposité un beso en la línea tan marcada de su mandíbula, donde el vello de su barba quería hacer acto de presencia— Debes estar muy cansado...

— No, no, estoy bien, Gatita. Quiero ver a Amani y esperaré.

Justin me rodeó con su brazo y me atrajo hacia él así que apoyé mi cabeza en su pecho levemente intentando desconectar de la situación. Me encantaba la paz que me transmitía y que no era capaz de conseguirla con nadie más.

— Está bien, pero... ugh, se me hace eterno.

— Lo sé, ¿te parece si esta noche lo celebramos con una cena? —Sonrió acariciando mi mejilla— La ocasión lo merece.

— Oh, me encanta la idea. Creo que es necesario... —Asentí.

Cuando vi a mis sobrinos aparecer me levanté como si el asiento quemara. Justin observó mi movimiento y decidió seguirme hacia donde se encontraba mi familia. Ava, Charlie y Roman habían salido de la consulta acompañados en todo momento por Laura, que no les quitaba la mirada de encima. El miedo seguía en sus ojos y sus tres pupilos corrieron a abrazar a su padre con fuerza.

— Tranquilos chicos, todo ha pasado. Solo ha sido un susto. –Dijo Rich uniéndose al abrazo.

— Tía Carrie, faltas tú. –Imploró Roman con un hilo de voz.

— Oh, somos la familia Lentz al poder. –Sonreí sintiendo sus brazos rodear mi cuerpo cuando me acerqué a ellos— Nada de esto volverá a pasar.

— ¿Habéis hablado con el agente Smith? –Carl miró a sus hijos cuando se apartó, tratando de ocultar las lágrimas de sus ojos que caían reflejando la angustia que vivió en unos instantes.

— Solo unas preguntas, pero quiere que estemos todos con Amani cuando despierte... —Musitó Ava—, la policía quiere interrogarnos para saber si ha sido la misma persona la que nos ha hecho esto.

— ¿Era Oliver? –Preguntó nuevamente.

— No, era alguien más robusto. –Dijo Charlie— Primero cogió a Roman y sus gritos me hicieron correr hacia él así que en el momento de forcejear con él, me tiró al suelo y por eso me hice esta brecha. –Se señaló la herida.

— Luego llegué yo cuando los vi y traté de pedir auxilio a los profesores, aprovechó una zona apartada del colegio. Justo tras los vestuarios de baloncesto, donde nunca hay nadie. –Confesó Ava.

Trust - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora