entre los hermanos | supernatural¹

[005] parte II

Fred, el viejo amigo de John Winchester, estaba sentado en una silla de ruedas viendo caricaturas cuando Sam, Dean, Anna y Cas entraron en su habitación.

—¿Señor Jones? —preguntó Sam—. Hola, soy Sam Winchester —se arrodilló junto a Fred y Anna sonrió ante el tono de su voz. 

Sam era un hombre grande e intimidante, no había ninguna duda al respecto. Pero también era el hombre más amable que alguna vez conoció. Él podía ser dos metros de ternura si quería.

—¿Fred? —dijo Dean cuando el hombre no le respondió a Sam. El mayor de los Winchester, siempre impaciente, suspiró irritado y apagó la televisión antes de aplaudir delante de la cara del pobre anciano—. ¡Fred! —el hombre solo miró la pantalla como si no hubiera sido apagada.

—Así, ¿realmente piensas que este hombre está causando todas estas... travesuras? —preguntó Cas a nadie en particular.

—Bueno, si es él, estará rodeado por un círculo de locura ¿Verdad? Bueno... lo es —explicó Dean.

Anna frunció el ceño. —¿Como sabes eso?

Dean se giró hacia ella. —Mírame.

—Dean —le advirtió Sam.

—Estaré bien Sam —Dean tomó sus manos entre las suyas—. Además, preferiría no golpearme la cara con un libro para probar mi punto —Sam suspiró pero no dijo nada más.

—¿Qué sucede, Dean?

—Tranquila, bebé —Dean levantó una de sus manos y la colocó sobre su corazón—. Sólo escucha.

La pelirroja hizo lo que le dijo mientras Dean estaba mirándola. Cuanto más la miraba, más adoradora y cariñosa se volvía su expresión y su corazón latía más fuerte. Eso no estaba bien. Anna no debería haber sido capaz de oír su corazón tan claramente, pero ahí estaba, golpeando bajo su mano. Hubo una leve grieta y Dean gruñó de dolor.

—¡Oh, Dios mío, Dean! —gritó ella mientras lo hacía apartar la vista—. Eres un idiota.

Dean solo se encogió de hombros. —¿No te parece romántico?

—¿Romántico? Por supuesto que no... bueno, sí es un poco... pero podrías haber muerto.

Dean sabiamente mantuvo la boca cerrada y ella se giró hacia Sam que miró hacia el techo cuando se dio vuelta. —¿Tú también? —le preguntó—. ¿Es por eso que ustedes estaban actuando raro?

—Lo siento —respondió.

Anna soltó un suspiro frustrado. —Bueno, ¿pero cómo?

Sam se encogió de hombros. —Tiene zumo de Fred. Es decir, un mediocre psicoquinético, puede mover cosas con su mente pero un tipo como Fred... lo trabajas hasta que pueda modificar la realidad.

—De acuerdo —dijo Dean—. ¿Dónde está su interruptor de "apagado"?

—No lo sé. Ni siquiera estoy seguro de si él sabe que estamos aquí.

—¿Lo matamos? —preguntó Cas.

—Disculpen, agentes —todos saltaron sorprendidos al oír la voz del doctor Mahoney y se giraron para verlo junto a la puerta con un enfermero—. ¿Acaba de amenazar con matar uno de mis pacientes?

****

—Malditamente suave —Dean gruñó cuando los cuatro atravesaron las puertas que daban a la entrada principal de los edificios.

—Bueno, no tenemos que dejarlo —dijo Cas—. Podría teletransportarlo.

—Fred es radiactivo, Cas —explicó Sam—. Neutralizalo o cualquiera otra cosa y no sabe lo que podría ocurrir