[010] parte I

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Al día siguiente, Anna estaba apoyada contra la entrada de una sala de estar en una granja, mientras el coro de Garth terminaba. Resultó que el cazador realmente podía tocar el piano. Dean estaba parado a su lado, su cara estoica mientras sus ojos se movían rápidamente por la habitación. Supuso que estaba tratando de memorizar la cara de todos allí.

Garth se acercó a los dos cuando todos comenzaron a salir por la puerta principal. Bess estaba cerca de él. La pelirroja se preguntó mentalmente si todos pensaban que ella y los Winchester estaban tan unidos como esos dos.

—Hola. Bueno, ¿qué te dije? Está todo bien ¿cierto? —habló Garth.

Anna soltó un suspiro mientras miraba a su alrededor. Sabía cuál era la respuesta de Dean, sin embargo ella estaba un poco más abierta a otras sugerencias.

—¿Todos aquí son lobos? —preguntó Dean en voz baja.

—Sí.

—Sí, no todo bien.

—Oh, vamos, Dean —suspiró Garth—. Solo tienes que conocerlos —se giró ligeramente y señaló a dos hombres que estaban de pie en el rincón más alejado de la habitación—. Ellos son Russ y Joba, primos hermanos de Bess por el lado de Joy —los dos hombres saludaron con la mano y Garth señaló al siguiente líder del grupo—. Este es el reverendo Jim, el padre de Bess, líder de la manada y un buen hombre.

Al oír su nombre, el reverendo Jim se acercó a los cuatro con una sonrisa, su esposa Joy a su lado.

—Dean y Anna ¿no es así? Bienvenidos. Jim Meyers —dijo mientras extendía su mano hacia ella primero—. La gente generalmente me llama...

—Reverendo Jim —lo interrumpió Anna sin darle la mano—. Sí, lo comprendo.

Garth soltó una risita nerviosa. —Oh, fue mi error. Anna tiene este loco temor a los gérmenes.

—No. Solo odia a la iglesia —Dean lo contradijo.

Anna tragó y se enderezó, su relación con la iglesia no era algo que quisiera que fuera de conocimiento público. Sabía que solo intentaba protegerla, pero Dean no podía cumplir con los deberes de un marido cuando ella todavía no había decido si ese era o no su papel.

El reverendo Jim suspiró, no estaba convencido ni por la excusa de Garth ni por la de Dean. —Entiendo tu aprehensión. Los cazadores y nuestra clase no tienen la mejor historia.

—Pero creo que encontrarás que no somos muy diferente —explicó Joy, cuando se unió a la conversación, con una sonrisa.

—Hermana, lo dudo mucho —contestó la pelirroja.

—¿Por qué no partimos el pan y lo vemos? —ofreció el reverendo Jim.

—¿Por qué haríamos eso?

El reverendo Jim y Joy soltaron un suspiro antes de pasar entre los dos para dirigirse al comedor. Garth les dio a ambos una mirada de asombro y dijo sus nombres como reprimenda.

Poco tiempo después, Anna y Dean estaban sentados alrededor de la mesa del comedor con toda la familia. Ambos tenían un bistec, un poco de maíz y pan en sus platos mientras todos los demás comían órganos de animales crudos.

—¿No dan las gracias o algo? —preguntó Dean.

Gruñó cuando Anna pateó su pierna por debajo de la mesa. Lo último que quería era que comenzaran a orar. Dean la miró con dureza y por un momento muy breve, las cosas entre los dos parecían normales. Luego, la mirada dura se convirtió en culpable y en un momento desapareció.

—Somos más espirituales que religiosos —contestó el reverendo Jim mientras los miraba a los dos—. Creemos, más como los nativos americanos creían, que la naturaleza y el hombre son uno.

entre los hermanos | supernatural¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora