[009] - Primogénito

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Anna se sentó en una silla al lado de Castiel, con los pies sobre la mesa en la sala de control mientras, lo miraba con una expresión divertida. La cara del ángel se retorció con disgusto mientras masticaba un bocado de su sándwich mantequilla de maní y jalea. Ella se rió entre dientes por su actitud.

—Sabe a... moléculas —dijo.

La pelirroja sonrió. —¿Y eso que significa?

La miró con un puchero. —Cuando era humano, sabes, tenía que comer constantemente. Era bastante molesto.

 —Sí, muchas cosas humanas son molestas.

—Pero, disfrutaba el sabor de la comida particularmente la mantequilla de maní con jalea de uva, no mermelada. Encuentro la mermelada inquietante.

Anna dejó caer las piernas de la mesa y se enderezó. —Entonces, ¿qué? ¿Ahora no puedes saborear la mantequilla y la jalea? —bromeó mientras separaba el sándwich y tomaba el relleno.

—No, saboreo cada molécula —contestó mientras miraba cómo ella chupaba su dedo cubierto de jalea.

—No la suma de todas las partes, ¿eh?

—Es sobrecogedor. Desagradable —miró hacia el sándwich—. Las extraño, mantequilla de maní y jalea.

El cuerpo de la pelirroja se tensó al oír la puerta del búnker abrirse y cerrarse. Se levantó cuando Sam bajó los escalones con un par de bolsas de supermercado.

Cuando llegó al final, él se congeló por un momento cuando la vio. Castiel, sintiendo claramente la tensión, se aclaró la garganta mientras se ponía de pie y la miraba.

—Necesitamos continuar con tu curación —dijo—. Ya casi terminamos.

La pelirroja apretó los labios y suspiró, pero se apoyó contra la mesa para que Cas pudiera hacer lo que debía. Trató de no escuchar el sonido de las botas de Sam golpeando el suelo cuando se acercaba a la mesa.

Sus pasos eran vacilantes y odiaba que los dos hubieran llegado a eso. Él tenía miedo de enfadarla.

Le dijo a Dean que se fuera porque él quería hacerlo, y no quería que el mayor de los Winchester viera cuánto le dolía. Pero Sam... él no quería dejarla. Y ella no tenía corazón para obligarlo a irse.

La verdad del asunto es que quería a ambos Winchester en el búnker con ella en ese momento. No le importaba si estaba enojada. No le importaba si pasaban cada segundo del día discutiendo. Solo quería que los tres estuvieran juntos.

Anna sabía, en su corazón, que no estaría enojada con ellos para siempre. Tenían que aclarar algunas cosas. Y toda la relación que mantenían los tres, debía ser evaluada. Ni siquiera estaba segura de si lo que mantenían era algo sano.

Pero incluso si decidían terminarlo todo, la pelirroja sabía que nunca podría alejarse de los Winchester. Lo había intentado una vez y la situación la supero. Y ni siquiera fue una relación tan estable como la que estaban teníendo.

Levantó la vista hacia el ángel y él le puso dos dedos en la frente. Su rostro estaba lleno de preocupación.

Anna frunció el ceño. —¿Qué?

Cas vaciló. —Nada.

—Eres un mentiroso terrible —gruñó Sam cuando ella apartó la mano del ángel.

La preocupación de Sam fue suficiente para asustarla un poco. Pero después de todo lo que había pasado, él se preocupaba por ella hasta si se doblaba el pie.

—Eso no es verdad —Cas sonaba indignado mientras miraba a Sam—. Una vez engañé y traicioné a ti y a tu hermano —la miró culpable—. Y a Anna.

entre los hermanos | supernatural¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora