[007] - Leer es fundamental

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Para Anna, ayudar a Dean a cargar el equipaje y el estuche de Dick en una antiguo depósito abandonado con ventanas rotas no era su idea de una noche perfecta, pero no era lo peor que le había pasado en el último tiempo. 

Sam había optado por el trabajo pesado y estaba sentado en el alféizar de una de las ventanas rotas con su computadora portátil en su regazo. Dijo que estaba haciendo investigaciones sobre Dick, era extraño porque el monstruo no había hecho apariciones públicas todavía, ni siquiera habían roto el pedazo de arcilla que robaron del hangar. Así que no tenía idea de lo que debía investigar.

—Hey, Jirafa —Sam levantó la cabeza para encontrarse con la mirada de Anna—. ¿Te unes?

Ella movió la cabeza hacia una vieja mesa donde descansaba el maletín robado. Después de dejar su computadora, con un suspiro se levantó caminando hacia ella, parándose a su lado. La ayudo a sacarlo de donde estaba guardado y colocarlo sobre la mesa.

—Eso es un montón de alboroto por el legado de un hombre de las cavernas —acotó Dean mientras abría su caja de herramientas que estaba sobre la mesa y comenzando a hurgar en ella.

—Sí —afirmó Anna—. Bien, lo que quiere Dick está encerrado dentro de eso.

Dean sacó un martillo de la caja y les dio unas gafas de seguridad a Sam y ella, antes de ponerse las suyas. Giró la herramienta en su mano unas cuantas veces, observando el trozo de arcilla y luego puso su mano encima para que no se moviera. 

—Muy bien —golpeó una vez, lo suficiente como para astillarse, justo en el mismo momento que un trueno sonó a lo lejos. Él miró a Sam y luego a Anna, antes de volver a golpear, un poco más fuerte. Ahora el trueno se sintió más cercano y estuvo acompañado de relámpagos—. ¿Eso suena como alguien diciéndote, "no, espera... para"?

—Mmm... —ella miró el pedazo de piedra meditando su pregunta—. Sí. Sí.

—Sí —Dean también miró el pedazo de arcilla que sostenía entre sus manos. Sam es una pared sólida en su espalda, ella aprovechó para apoyarse contra él. Dean se encogió de hombros antes de hablar—. Bien —comenzó a martillar de nuevo y minutos después el trozo de arcilla comenzó a desmoronarse revelando una tabla de piedra escrita.

Dean retrocedió una vez que terminó, Anna extendió la mano y la recogió cuidadosamente. Estaba hecha de piedra pero se sorprendió con lo ligera que era en sus manos. Cepilló el polvo y la dio vuelta, estaba escrita por la parte de atrás también.

—Parecen jeroglíficos —dijo ella.

— ¿Cómo Egipto? —preguntó Dean.

—Sí, pero, éstos no son egipcios.

****

Anna estaba agotada. Desgastada. Podría tener unos días de buen sueño y no se ofendería por ello. El problema es que no podía dormir por mucho que lo intentara. Sam estaba desmayado en el suelo junto a Dean, quien acababa de despertarse y se estaba refregando los ojos mientras se ponía en pie. Ella lo miró mientras se dirigía al fregadero industrial para lavarse la cara, pero de repente su atención se centró en el canal de noticias en línea que estaba viendo. 

Un periodista estaba hablando de la tormenta mundial que había aparecido de la nada ayer por la noche. Incluso había incorporado a un especialista de la Sociedad Meteorológica estadounidense para tratar de explicar el fenómeno, pero sólo había insistido en que estaba ofendido porque la tormenta había optado por actuar fuera de sus características normales, como si se tratara de una persona.

—¿No has dormido? —Anna se sobresaltó ante el sonido de la voz de Dean, él estaba junto a ella, observándola atentamente. Estaba segura de que lucía tan cansada como se sentía.

entre los hermanos | supernatural¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora