Cartas y lágrimas

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Sus manos temblaron desde el momento en que vio que Susan no había entrando por la puerta de la casa al lado de sus hermanos, pero ahora con cada palabra que leía las lágrimas la inundaban y sus manos temblaban aun más, impidiéndole ver con claridad la carta de su hija mayor Susan:

Hola mamá:

Probablemente  mientras lees esto te estés preguntando donde estoy o tal vez no, pero se que tal vez  al  ir leyendo me odiaras mas. Lo siento, pero me he marchado, me voy ya un lugar mejor y has de saber que ninguno de mis hermanos lo sabia solamente les  he dejado la carta pidiéndoles que te la entregaran; lamento no poder despedirme de ti como es debido pero no lo soportaba más, no soportaba la idea de creer que algo podría pasarle a papá, me canse de sentir los vidrios de la casa temblar con cada bombardeo y de ver a la gente correr despavorida por las tardes, simplemente ¡Me canse de todo eso!

    No quiero que llores por mi partida, créeme cuando te digo que estoy en un lugar mucho mejor en un lugar en el que soy feliz, no te diré donde estoy por razones que simplemente no entenderías, pero es bien sabido que antes de la misma felicidad de los padres para ellos esta primero la de los hijos y sabiendo eso se que estarás bien, porque realmente volveré a casa y espero y me recibas con los brazos abiertos pues de la misma forma recibiré tus brazos.

                 ¡Te Quiero madre!

                                    Susan.

Eleine Pevensie lloraba desconsoladamente en  su habitación, pero su hija tenía razón, antes que su propia felicidad estaba la de cada uno de sus hijos y si realmente el haberse ido  la hace mas feliz dejaría que su hija se marchara. Sabía que no seria fácil acostumbrarse a no verla bajar las escaleras después de haberlo hecho cada uno de sus hermanos, pero aprendería a vivir con ello por el simple hecho de saber que algún día su hija volvería.

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En otra habitación de la casa los demás integrantes de la familia sostenían con temor el sobre que Susan le había entregado a Lucy solo unas cuantas horas antes, pero fue Edmund quien, finalmente, decide tomar el sobre de las manos de su hermana menor y comienza a leer al saber que sus hermanos no tendrían el valor para leerlo por si mismos:

Realmente ni siquiera se como comenzar esta carta, pues es incluso mas duro para mi que para ustedes tener que decir adiós, pero intentare hacerlo bien.

  Hoy por la tarde al haberse marchado Peter, Aslan me hablo de la posibilidad de quedarme y ciertamente no se que hare al respecto mientras escribo esta carta pero he de imaginarme la decisión que he tomado si están leyendo esta carta; he llorado desde que la guerra contra los telmarinos  porque me aterra la idea de marcharme del lugar al que realmente considero mi hogar  y mas aun al admitir que me he enamorado de un completo desconocido. Se que les será duro dejarme ir pero espero que sepan que no lo hacen realmente, pues dejarme ir es como si no fuera volver jamás y espero hacerlo, le he prometido a mamá hacerlo pero no se si lo lograre. Lamento mucho todas las veces que te hice sentir mal Ed pero debes saber que a pesar de todo te quiero; Lucy, realmente siento el haberte abandonado pero espero que sonrías cada vez que me recuerdes pues así lo hare yo y si alguna vez quieres desahogar tus penas con alguien, sal de casa cierra los ojos y concéntrate en mi pues cuando termines de hablar, una suave brisa rosara tu piel dándote así mi respuesta: "todo estará bien"; y Peter, lamento mucho que seas tu quien tenga que cuidar de la familia  y no porque sea una carga sino porque se que aunque no lo dijeras, siempre necesitaste mi ayuda, se que por mas que intentaras ocultarlo, te decepcionabas de ti mismo al creer que no hacías las cosas como debían hacerse pero hace un tiempo reinaste prácticamente solo un mundo que necesitaba paz, mientras te asegurabas de que tus hermanos estuvieran bien, fuiste, eres y seguirás siendo la persona mas valiente y fuerte que he conoció y te pido mantengas esa misma fuerza durante mi ausencia y cuando las cosas se compliquen piensa en las muchas peleas que tuvimos y que luego arreglamos, pues esta partida es solo una pequeña discusión mas que pronto tendrá fin; cuida de todos en la casa pues mientras yo este en Narnia, seré yo quien  te cuide con el pasar de los días.

   ¡Nos veremos pronto hermanos!

             Susan

Lucy sollozaba débilmente mientras Edmund miraba sin expresión alguna la cama en la que dormía su hermana, Peter solo lloraba silenciosamente recargado en el rincón de la habitación junto a la ventana y mientras todos en la casa lloraban la partida de uno de sus integrantes, dos ventanas de solamente dos habitaciones se abrieron dando paso a una suave brisa: esa brisa que prometía ser su único consuelo, acaricio su rostro e hizo desaparecer cada una de las lagrimas que adornaban sus mejillas resbalando por las mismas mientras les parecía que susurraba débilmente en sus oídos "Los Quiero", dando paso a una débil pero feliz sonrisa que hizo feliz a aquella que los cuidaba en otro mundo, pues desde ahora seria su hermana, su hija, pero mas que nada, seria su ángel guardián.

Una Historia Diferente: Susan Y CaspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora