Un anillo... asi es como lo hacemos en mi mundo

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-Un poco más allá. Poco mas y... ¡ya esta! ¡Perfecto!- Las mesas quedaron acomodadas y los que entonces ayudaban haciendo su labor, se retiraron.- Siullae necesito los manteles que irán en las mesas.

-De acuerdo, blancos ¿no es así?

-Si.- Se sentó en la mesa mas cercana y miro el enorme salón.

Estaban a punto de terminar de acear el piso así como también las enormes ventanas. 3 enormes mesas se mostraban imponentes a ambos lado se la puerta  con una de mayor tamaño al frente de todas.

Susan vio con disgusto como todas las cortinas eran de color gris y azul, pues ella aun esperaba  ver en su mayoría el color rojo; sonrió levemente al recordar que Caspian le había pedido amablemente usara los colores representativos de Telmar la noche del banquete. "Un banquete le había dicho Rastaban a Caspian, "uno celebrando que Susan permanece con nosotros"; lo había mencionado hacia ya 6 meses, 4 meses antes aun estaba encerrada en la habitación de Caspian y en cama, pues el joven rey se ausentaba demasiado, hacia 3 meses que Caspian la había dejado rondar de  nuevo por el castillo y hacia sólo 1 mes que Caspian había decidido tomar en cuenta la idea de Rastaban y había mandado unas cuantas invitaciones para el banquete.

-¿Ocupada dulzura?-Sonrió al escucharlo, "dulzura" sólo Rastaban la llamaba así.

-No, ¿Por qué?- se puso de pie.

- Te vi muy distraída.- Se acerco a ella y la beso en la mejilla.- ¿Has visto a tu fastidioso novio?

-No desde en la mañana, dijo algo sobre una estrella de plata en una cadena de oro.- Rastaban sonrió levemente y aunque a Susan le pareció extraño, no dijo nada.- ¿Es importante que lo encuentres?

-No.

Siullae y otras 5 muchachas de la servidumbre aparecieron con un mantel blanco cada una, comenzaron a ponerlos en las mesas mientras otros jóvenes quitaban las cortinas grises.

-Susan, las mesas necesitan una tira larga de mantel pero de otro color, ¿Cuál ponemos?- Siullae se acerco a ellos y saludo a Rastaban con una leve inclinación.

-Azul.

-¿Es que acaso no te gustan nuestros colores?-Rastaban la miro serio.

-Prefiero el rojo, pero si tengo que elegir... el azul.

-Es una lastima, no puedo esperar  a verte esta noche.- Susan hizo una mueca y Rastaban rió.

-Yo tampoco puedo esperar.

Guardaron silencio unos minutos mientras veían como los demás hacían sus deberes. Susan recordó entonces que hacia meses que no tenían noticias de Eltanin y Cael, sólo había recibido una carta de Cael diciéndole que ya estaban casados y con pequeño varón con unos cuantos días de nacido de nombre Sayid, como el padre de Eltanin; pero no se lo había mencionado a nadie, ni siquiera a Caspian.

-¿Han tenido noticias de Eltanin?- Los ojos de Rastaban se humedecieron al recordar a su hermana desaparecida.

-No, me preocupa. Y temo por ella, mas al saber el peligro que corre al lado de Cael.

-Tranquilo, estarán bien, Cael es una buena persona y los protegerá.

-Eso espero.- Le sonrió débilmente y Susan lo abrazo fuertemente.

"Eltanin" el solo nombre lo angustiaba, todos los días después del ataque Rastaban se preguntaba si su hermana ya sabia lo que su prometido había hecho: darle información al enemigo. Pero lo cierto era que no le guardaba rencor alguno a su cuñado, pues el joven era valiente y sabia que probablemente sus acciones habían sido impulsadas solo por una amenaza contra Eltanin. No lo odiaba, al contrario, lo admiraba aun mas pues había dado lo que pudo para salvar la vida de su hermana y si él hubiera estado en es situación, habría hecho lo mismo.

Una Historia Diferente: Susan Y CaspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora