Una sueve brisa: Mi unico consuelo

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Las hojas de los arboles bailaban al compas del viento, llevándose consigo todo rastro de alergia en esa pequeña casa. Miraba perdida desde la ventana como ondeaban las hojas de los arboles, veía como el cielo se tornaba de distintas tonalidades y como las nubes se extendían a lo largo del cielo: el crepúsculo. Lo veía todos los días atreves de cualquier ventana esperando que con él volviera su hermana.

Recordó entonces aquel diario mental que se había abierto paso desde la partida de su hermana mayor:

DÍA 1:

Mamá lloro sin descanso, mientras Pete y Edmund me sacaron a pasear durante todo el día. No hubo brisa alguna, sólo viento y polvo.

DÍA 5:

Fuimos de nuevo a la escuela; Pete volvió a pelearse por que le dijeron que Susan se había marchado por que no nos quería como hermanos, ahora tiene un gran moretón en el ojo. De nuevo no hubo brisa alguna.

DÍA 10:

Peter trato de hacernos reír un vez mas y nos saco a pasear, por primera vez en mucho tiempo había gente por todos lados y no corrían despavoridos, al menos el remedio de Pete funciono: mamá rio mas de la cuenta. Nuevamente... ausencia de esa brisa prometida.

DÍA 20:

Papa envió una carta diciendo que esperaba volver en unos cuantos meses pero aseguro que seria menos del año, mamá esta feliz así como todos lo estamos. No hubo brisa.

DÍA 22:

Mamá se dio cuenta de que papá pedirá una explicación a la ausencia de Susan y volvió a llorar sin detenerse hasta que Pete le aseguro que él entendería. A estas alturas esta de más mencionar que NO hubo brisa.

DÍA 29:

Papá llamo a casa y aseguraba que no estaba muy lejos de casa, nos prometió que traía un recuerdo a cada uno de cada lugar en el que le dio tiempo de comprar algo, mamá lloro cuando papá le dijo que le tenía a Susan un bello collar. Empiezo a pensar que esa brisa no llegara jamás.

DÍA 30:

Otro día sentada a un lado de la ventana esperando que Susan vuelva mientras el sol se oculta, pero espero en vano. De nuevo... no hay brisa. Solo fue otra promesa que jamás será cumplida.

30 días habían pasado ya, 30 días en los que el reloj parecía no detenerse ni un segundo, los mismo 30 días en los que la felicidad llegaba al hogar y se iba tan rápido como había vuelto, días en los que Peter había hecho sentir mejor a la familia Pevensie.

Sabía que el tiempo pasa sin importar lo que pase y aunque incontables veces había deseado que el tiempo pasara lo más rápido posible llevándose consigo la angustia de tantas muertes a causa de la guerra, ahora rogaba al cielo que el cielo se detuviera aunque fuera un minuto, ¿era eso mucho pedir? "Mucho seria desear volver en el tiempo y evitar la partida de Susan", le decía su mente para responder a su pregunta.

La menor de los Pevensie no recordaba cuando fue la ultima vez que había llorado tanto pero algo le aseguraba que nunca había llorado de esa manera no al menos por algo como eso: la partida de un ser querido, pero ahora era distinto la persona que había partido lo hizo por decisión propia y era su hermana, la misma sangre corría por sus venas había pasado la mayor parte de su vida al lado de Susan en la misma habitación.

Las estrellas comenzaron a brillar y con ellas las lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas y Lucy decidió entonces que tomaría un poco de aire freso, era ese el momento en el que esperaba que una suave brisa rozara su piel pues era ese momento en el que necesitaba desahogarse. Abrió la puerta del frente y salió al patio sentándose en el pasto mirando a la luna y sin saber como, sus labios comenzaron a proferir las palabras que por 30 días la habían atormentado:

-Hola Susan, tal vez no me puedas escuchar pero... TE EXTRAÑO- dice mirando a la luna, mientras alguien en otro mundo escucha sus palabras venir con el viento viendo igual a la luna.- todos te extrañamos, mamá en especial pero creo que con cada día que pasa mejora. Peter nos hace sentir mejor pero a veces pienso que es él quien ahora sufre mas, pues no tiene quien lo reprima por sus equivocaciones...

Susan ríe al escuchar lo que el viento le susurra pero de igual manera una lagrima cruza su rostro.

-Siempre que vamos a la estación nos detenemos unos minutos a contemplar la escultura del león que esta afuera de ella y sonreímos al pensar en Narnia pero lloramos al recordar tu partida, "esta feliz en Narnia" nos dice Peter y cuando lo dice se que trata de borrar de su mente a Caspian pues de alguna manera lo culpa por tu decisión, además... ya conoces a Pete es MUY celoso cuando de sus hermanas se trata...

"Estas en lo cierto Lucy "le contesta su hermana a lo lejos.

-Se que tal vez sea absurdo hablarle a la luna pero no puedo hablar con nadie mas sólo me queda esperar que el viento se lleve mis palabras, pero extraño tu mal humor por las noches al no poder dormir por el ruido de afuera o el mismo que ocasionamos nosotros y extraño levantarte teniendo que vaciarte un balde de agua fría cuando no te quieres levantar Su, extraño muchas cosas, cosas que se que cuando vuelves- si es que vuelves- no serán igual por que volverás como una adulta y no como una joven a veces amargada y otras divertida...

"Yo también lo extraño Lu"dice Susan mas para si misma que para su hermana menor.

-Espero que vuelvas pronto o que vayamos pronto a Narnia para poder verte de nuevo.- Guarda silencio unos minutos, sin saber que su hermano Peter la escucha desde la puerta de la casa escondido entre las sombras de la noche.- No se que mas decir pero... sólo te pido que no nos dejes solos mucho menos a Peter va a necesitar toda la ayuda posible ahora que es él sólo.- Suspiro para decir lo ultimo que le quedaba.- Debes saber Susan que desde que te fuiste las cosas han mejorado, papá ya casi vuelve de la guerra y la misma casi termina, la gente ya no corre aterrada por las calles corren por que al fin son libres de salir sin que el miedo los invada, no lo olvides ¿si? Y vuelve pronto Su. TE QUIERO hermana y siempre serás MI hermana fastidiosa.

"Lo mismo digo Lucy, te quiero hermana" "Te quiero Peter... y ya no estés de metiche"

Lucy cerró sus ojos y escucho como el viento le susurraba:

"Lo mismo digo Lucy, te quiero hermana"

Mientras en la obscuridad se hermano mayor reía por lo bajo al escuchar como el viento le susurraba ahora a él:

"Te quiero Peter... y ya no estés de metiche" Susan, esa era su hermana, la joven que todo lo sabe y es fastidiosa.

En es noche de consuelos, su ángel guardián les mando es suave brisa que tanto habían esperado susurrándoles a todos los de la familia Pevensie "No están solos".

-Una suave brisa: mi único consuelo.- Susurraron dos de los Pevensie mientras una lagrima resbalaba por sus mejillas haciéndolos recordar que su hermana era ahora, mas que nada, su ángel guardián.

Una Historia Diferente: Susan Y CaspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora