Solo historias que contar

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7 AÑOS DESPUÉS

Los recuerdos llegaban a su mente de nuevo... como hacían cada vez desde aquel día.

La imagen de él cayendo de rodillas, destrozado, sin poder mantenerse en pie... volvía una vez mas.

Caminaba por los pasillos del castillo buscándolo. No lo había encontrado en su habitación y tenia que encontrarlo.

Había guardado un poco de esperanza al ver que Eltanin había negado con la cabeza, ese atisbo de esperanza que siempre guardaba cuando de "ella" se trataba. Había dejado que le quitaran a su hijo de los brazos, asegurándole tenían que arroparlo, aun entonces había entrado a la tienda... esperando, creyendo, pintando la imagen de ella sonriéndole al entrar, o preguntándole como estaría su pequeño... pero nada de eso había sucedido.

Se detuvo por un par de minutos: sabia exactamente donde los encontraría. Había sido también, una vez hacia ya tiempo, el lugar favorito de ella.

Sus mejillas habían perdido ese rubor que en el pasado lo había hecho sonreír, su piel era pálida y estaba fría y sus labios... ah sus labios habían perdido el color; las mantas bañadas en sangre ya no estaban, solo estaba ella, ahí... recostada sobre el pasto, con ambas manos sobre el vientre y los ojos cerrados.

No podía ser cierto... ella era fuerte, él lo sabia, todos ahí lo sabían.

Pero nunca puesto a prueba hasta donde soportaría esa fuerza, que tanto podría contener su dolor...

Subió las escaleras. Escucho pasos y gritos, pero sabia que no debía alarmarse... solo jugaba.

El solo imaginarlo en ese lugar, tan grande y silencioso, le saco una sonrisa aun mas amplia que la anterior.

Como amaba a ese pequeño, tanto como a ella... el tenerlo en sus brazos, verlo sonreír le recordaba lo mucho que había sufrido, y lo mucho que había esperado para verlo. Para que al final, cada segundo de espera, de sacrificios y dolor hubieran valido la pena.

Esa noche lo había descubierto.

La sostuvo entre sus brazos incontables minutos, indispuesto a despedirse de ella, no estaba listo y no lo estaría nunca. Sus lágrimas bañaron su cuerpo una ultima vez, perlaron su pálida piel mágicamente y resbalaron por sus mejillas como si ella llorara también... pero ya no lo haría, ni en ese ni en otro día.

Sus pasos hacían eco al ir pasando los vacios pasillos, lo esperaban... no había tiempo alguno que perder.

Pero primero debía encontrarlo a él... a su pequeño.

Había llegado al castillo la noticia de que su reina había muerto. El negro adornaba al pueblo entero y el camino de velas los guio hasta la puerta de entrada, con narnianos y telmarinos juntos, caminando uno al lado del otro, como una familia... como uno solo. El príncipe perdido iba a su lado, pareciendo que sonreía por la paz en la que ahora dormitaba, la reina en brazos de sus mas cercano amigos descansaba a su lado de igual manera...

Mientras él sostenía al príncipe recién nacido entre sus brazos, en silencio, sin llantos ni sollozos, mirando solo al cielo... en honor a su difunta madre, en honor de aquella de la que solo escucharía historias de sus hazañas.

Escucho algo caer al otro lado.

-Viviré esperando su perdón, aun y cuando me tome demasiados inviernos, pero no volveré a alejarme de mi familia,- lo escucho pronunciar.

Sonrió.

Dejo caer su mano en la perilla de la puerta, con la intención de abrirla, mas decidió quedarse a escuchar.

Una Historia Diferente: Susan Y CaspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora