La mentira crecía cada vez más, Quizás no pensé que esta mentira se engrandecería tanto a tal punto de ya apenas poder ser ocultada.
Los días pasaban, Semanas, Cada vez me sentía más débil.
— Oye humano —El pelirrosa abre la puerta de la habitación del pelirrojo— Ya llevas semanas evitando nuestro entrenamiento, Por qué esa conducta tuya?
— Ah.. Es que justo ahora estaba alistando unas cosas.. —Yo sólo me doy vuelta a sonreír de forma falsa y después vuelvo a fingir que busco algo en los cajones—
— Em.. Bueno.. —El pelirrosa frunce el ceño apenado y se da la media vuelta para salir— Si estás desocupado avísame —Dicho eso el pelirrosa se marchó.
Todos los días le daba una nueva excusa a Kūma, Y es que la verdad ya no estaba en condiciones para seguir entrenando con él.
Hace unos días en mi último entrenamiento me había desmayado y los preocupé a todos, Si, Incluso la mañosa de la señora pelirrosa de alta sociedad.
No quería que eso se repitiera.
Mi cuerpo cada vez me ponía más límites, Apenas salía de mi habitación para cenar, Si caminaba demás me desmayaba.
Pero se supone que esto no debía suceder, Eso fué lo que Gakuto me garantizó.. Pues a el tampoco le conviene este asunto.
Todo fué de mal en peor..
En una noche, Cuando estaba despertando del día hacía lo mismo de siempre, Me había colocado mi larga capa para bajar a cenar, Cuando de repente mi estómago me empieza a molestar.
Me había sentado en mi cama a esperar a que se me pasara el dolor, Pero el dolor no se iba.
Esa noche tuve que quedarme en mi habitación y rechazar la cena con la excusa de que ya había comido algo.
Llegó el día y tuve que ir donde Gakuto, Apenas podía llegar a ese palacio.
Ya estaba en su sótano como siempre, Aunque el dolor de estómago no me dejaba en paz, Me abrazaba el vientre del dolor y Gakuto lo notó, Al notarlo una sonrisa siniestra se le dibuja en su rostro.
— Qué pasa Akira? Acaso algo te ha caído mal? —Preguntó el pelimorado fingiendo preocupación y luego rió mientras caminaba en frente mío, Yo me encontraba en la silla atado.
— Tienes algo que ver con esto? —Pregunté atrevidamente firme frunciendo mi ceño a pesar de sentir dolor.
— Akira, Humano ingenuo.. Cuando te dije que reponería lo que perdías.. —El pelimorado se paró enfrente mío e inclinó un poco su torso para quedar a mi altura — Cómo creías que yo lo haría? De dónde sacaría los recursos? —Preguntó el burlón— Quieres que te muestre la verdad?
Yo me limité a mirarlo con odio y desconfianza pero a la vez tenía susto de lo que pudo haber hecho este hombre.
El se alejó un poco y cerró su puño para con mucha fuerza su puño impactar en mi estómago.
— Gah! —Dejé salir un alarido de dolor—
Gakuto sin sacar su puño hacía más fuerza y presión en mi estómago a tal punto que empezé a toser y un hilo de sangre salía de la comisura de mis labios.
— Puedes verlo ahora? —Preguntó el pelimorado mientras llevaba una sonrisa de oreja a oreja—
No sabía por qué hizo eso de repente, Por un momento creí que era otro método de tortura hasta que vi como un par de gotas caían en mis pantalones, No llevaba ese color rojo de la sangre, Parecía ser un poco violeta..
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Prisoner
Random⚠️ADVERTENCIA⚠️ Esta historia puede ser más oscura de lo que acostumbras, Si eres muy sensible te recomiendo no leer o tener discreción.