LI

402 92 14
                                    

— Bien joven Díaz... ¡Wow!... — El doctor se sorprendió al ver a su paciente besándose con su pareja, así que se volteó. — Lamento interrumpir, yo...

La pareja se separó y rió por debajo.

— ¿Qué sucede Doc? — Hablo el castaño con suma energía.

El doctor giro cuidadosamente y sonrió al ver que ya no se besaban.

El hombre no era homofóbico, pero era su primera pareja Gay que atendían, y eso lo ponía nervioso...

— Si, Am... Guillermo será dado de alta dentro de dos días para que si gusta, traerle ropa u algo.

El castaño asintió pero el pelinegro lo detuvo.

— ¿No me pueden dar de alta mañana?

— Lamentablemente no... — Se sonrojó, mientras habría sus ojos con impresión. — No piense que no lo quiero aquí, es decir... si. Bueno... no... Esto... — El pelinegro sonrió por su nerviosismo. — Perdón; pero aún se le tiene que hacer unos pequeños estudios para ver si esta cien por cien.

La pareja se miró y el castaño le sonrió, dejando que su novio suspirara mientras afirmaba que se quedaría unos cuantos días más.

— Bien... con permiso, más tarde volveré hacerle un examen.

El doctor sonrió y se fue de aquella habitación... para después ser abierta con agresión.

Era Alex, Frank, Rubén, Miguel, Luzu, Lana, Eddie, Connor y Harry

— ¡¿Despertó?! — Dijeron al unísono.

— ¡Chicos! — Guillermo se acomodó mejor sobre aquella incomoda cama y Samuel se apartó un poco.

Dejando caer a un grupo de amigos sobre él, mientras todos reían y se quejaban... todos se quitaron de él y lo miraron con alegría.

— ¿Cómo es que se enteraron?— Decía con felicidad.

— Nos dijo Samuel. — Hablo el rubio oscuro. — Casi nos matabas chico... — Hizo aquel extraño sonido que hacía cuando estaba preocupado.

— Lo lamento... No fue mi intención.

— No lo sientas, sólo... no lo vuelvas hacer. — Dijo Frank.

— Bien, ya no lo haré.

— Iré por café, ¿Alguien quiere?— Preguntó el del gorro.

Todos levantaron su mano... hasta el pelinegro — No, tú no... — Y salió antes de que el pelinegro le reprochara.

El castaño se acercó a su novio y este se movió un poco para que su pareja se sentara junto con él, ya hecho... el castaño lo abrazo.

— ¡Que lindos se ven! — Dijo Lana.

— Opinó lo mismo. — Sonrió Alex, contagiando a Frank y a los demás.

El grupo de amigos se acomodaron como pudieron en la pequeña habitación y empezaron a dar su plática sobre sus sucesos que habían vivido mientras el pelinegro no se encontraba.

Hasta que llegaron los cafés y todos bebían, el castaño bebía unos cuantos sorbos y besaba a su pelinegro, simplemente para dejarle marcado en sus labios un sabor a café, el pelinegro simplemente sonreía como agradecimiento mientras que a la rubia se le caía el café por estar mirando aquella hermosa escena.

Dadas unas cuantas horas, llenos de risa y de alegría, se fueron a descansar o a trabajar... Puesto que era sábado y querían aprovechar el día.

UNIVERSITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora