XIII

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S A M U E L

El castaño estaba vagando por los pasillos de la escuela, tenía dos horas libres, y decidió irse a la biblioteca a seguir haciendo su proyecto, solo tenía un día.
Cuando abrió la puerta encontró nuevamente a Luzu, el castaño sonrió divertido, y se acerco a él.

— ¿Qué haces aquí?

El del café alzo la mirada. — Leer...

— ¿No tienes clases?

— Los profesores no se preocupan por mi. — El castaño se sentó al lado de Luzu.— Saben que yo estudio por mi cuenta, solo paso a los salones para preguntar para sus exámenes y paso, y de ahí obtengo mi calificación general.

— Wow que genial...

— Si.. — Decidió fijar su mirada nuevamente al libro.

— ¿Qué te sucede Luzu?

— ¿Por qué? —Esta vez no alzo la mirada.

— No me miras cuando hablo, no me preguntaste el “¿Y tú por qué estas aquí?” Me contestas frío.

Luzu dejo el libro. — Lo lamento, es solo que estoy algo... ¿Celoso? — Miró al frente suya, el castaño rió.

— ¿Celoso? ¿Por qué?

Dio un suspiro. — Frank y Eddie se besaron.... ¡SE BESARON FRENTE MIS NARICES!

— Shh... Calla chico, respeta la biblioteca.— Se asomo la señora de la biblioteca.

— Lo lamento.

El castaño dio una sonrisa, y le dio unas palmadas en la espalda y contestó.

— Bueno, te ayudare a distraerte un poco, ayudame con mi proyecto.

— ¿Hablas enserio Samuel?

— Si, si...

— Wow, que gran amigo eres... — Dijo sarcásticamente.

— Lo sé... Pero antes vayamos por un café; la necesito.

Luzu rió.— Esta bien.

Tomaron sus mochilas y salieron de la biblioteca. Ambos caminaron directamente a la cafetería cuando se encontraron a Ruben y Miguel, así que se acercaron a ellos, el castaño noto que Ruben estaba desesperado y no dejaba de pedir vasos de café, le llamo la curiosidad y le hablo.

— Hey Ruben... ¿Qué sucede?

El chico giro a ver al castaño y hablo algo estresado. — Es que tengo un proyecto de Ciencias sociales ¡y no le entiendo un carajo! Aparte no tengo una pareja que me explique... Todos me excluyeron y dije que lo haría solo, pero no puedo...

— ¿Y Miguel?

— Llámame Mangel Samuel...

— Oh, cierto... Lo lamento.

Siguió hablando el rubio. — Este Gilipollas le toca hasta este viernes... Solo le toca una clase por semana.

— Perdoname Rubiuh pero...

— ¡Cállate!

— Em... —Hablo el castaño — Yo también tengo que hacer ese proyecto del profesor Marcus...

— ¿¡Te da!?

— Si...

— ¿Serías mi compañero Samuel?

El castaño miro a su amigo Luzu.. — Adelante, yo tengo cosas que hacer.

— Bueno... — asintió el castaño a Ruben.

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