Día 7

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Día 7:

17 de Julio del 2013.

Los Ángeles, California.

Pudo observar todo desde el avión, se sentía en la cima del mundo, no podía negarlo porque había logrado salir de Saint Neots para viajar a una de las grandes manzanas.

Había sido su primer viaje en avión, era la primera sensación de estar sintiendo realmente las nubes, como ocultar lo? Estaba feliz de haber salido de aquel pueblito e ir a buscar algo mejor que aquello que había dejado atrás. Si, extrañaría la tranquilidad de allá, los coches vintage, el silencio, los parques ecológicos, y su parque. Lo había dejado, había dejado su pasado para comenzar de nuevo a sabiendas de posiblemente caería al primer intento aunque también tenía toda la seguridad de volver a levantarse.

Al ir bajando las escaleras del avión pudo observar como el pequeño aeropuerto de Saint Neots no tenía nada que ver con el gigantesco aeropuerto de Los Ángeles, era fabuloso que ya se encontrará en su nivel hogar, después de empezar a trabajar con la familia Parks se encargaría de visitar todo y cada uno de los lugares de Los Ángeles.

Tomo la maleta y la arrastro al interior, donde se suponía que encontraría a alguien para que lo llevara a la mansión Parks. Hubo en un momento en el que pensó que se sentiría fuera de lugar, pero al ver como los pequeños campos lo acogían decidió abandonar esa idea, ese no era el momento de pensar en sus inseguridades.

Al entrar comenzó a buscar con la mirada, después se dirigió así al lugar donde se encontraban todas las personas con carteles anunciando nombres de personas que no conocía. Camino pasientamente hasta toparse con un cartel que decía: <<Sr. Wayne>> Edmund levanto la mirada y se topó con un hombre bajito, con pelo negro y ojos verdes, estaba algo rechoncho y su sonrisa provocaba que su cara regordeta se notará un poco más de lo normal. Edmund sonrió tímidamente y se acercó a el.

-¿Es usted el Sr. Wayne?-pregunto el hombre aún con la sonrisa de oreja a oreja. Edmund asintió-. Vaya, esperábamos a alguien un poco más grande-río-. Pero Charles sabe lo que hace. Dimitri Underwood, lose un placer de conocerme.

Edmund sonrió. Si seguía siendo una completa locura. No sabía que le agradaba de aquel hombre pero sabía que ya estaba en casa por decir con una nueva familia.

-Edmund...Edmund Wayne.

-De acuerdo Edmund Wayne encantado de conocerle-contesto cortésmente. Después tomo la maleta de Edmund.

-No es necesario puedo llevarla yo solo-dijo este tratando de detener a Dimitri.

-Ah, no, cortesía de la casa-replico el cuando ya estaban fuera del aeropuerto. Se detuvo delante de un deportivo negro.

Los ojos verdes de Edmund se abrieron de par en par al verlo, jamás había estado tan cerca de uno y tampoco se había montado a alguno. Suspiro con emoción.

-¿Te gusta?-le pregunto Dimitri. Edmund asintió rápidamente-. Bien pues me alegro, este será tu auto mientras estés aquí, y yo tu chofer cuando gustes, asi que disfrútalo.

Edmund soltó una sonora carcajada.

-No lo lamento pero yo no puedo aceptarlo, además solo daré clases. No.

-Oh, vamos hijo, no te resistas, no te quedarás encerrado todo el tiempo además te ha tocado un caso muy divertido. Jamás te aburrirás te lo prometo.

¿Un caso? De qué iba todo esto? Era una broma? Esperaba que no porque bueno tendría que regresar a casa y aún sin dinero para la universidad y su abuela.

365 Días bajo lluvia[editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora